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Los diseñadores, sin diferenciar el ámbito específico de desarrollo, somos profesionales que generamos estrategias visuales, solucionamos principalmente el fondo a través de formas. Las formas no se sustentan sin un previo diagnóstico que nos indica cómo abordar la complejidad y magnitud del encargo. El fondo es lo que apasiona, motiva y permite el fluir de las ideas que serán las que potenciarán un concepto, solucionarán y darán la forma.

En la etapa instructiva los diseñadores desarrollan diversas habilidades algunas inconscientes sobre la observación del mundo, del propio mundo y en los que transita. La evolución de estos conocimientos hacia la etapa de consciencia de lo aprendido, es necesaria para el potenciamiento profesional individual y de la comunidad en general.

Adquirir conciencia. Compartir y creación colectiva

Diseñar propuestas debe ser el resultado de un proceso creativo, mucho más complejo e integral que sólo dibujar, bocetear, mirar en internet o generar productos en serie; integrar a las personas dentro de todo el proceso es una diferencia sustancial que destaca y eleva el valor del diseño. Asumirlo desde esta perspectiva es un valioso activo estratégico que fortalece y potencia la identidad del diseñador.

El desarrollo de una metodología para los procesos y planteamientos es un requisito para mejorar la creación de productos comunicacionales, consecuencia de un know how, una serie de conductas aprendidas en la historia y experiencia. Explicitar el conocimiento, desarrollo y realización es necesario para evidenciar y valorar el “diseñar”, de lo contrario la participación en proyectos se transforma en arte e inspiración profesional “arbitraria” provocando el alejamiento con los profesionales de ciencias exactas como científicos, médicos o ingenieros con sus metodologías y procesos definidos. La falta de rigor desvaloriza al profesional frente a otras disciplinas.

La capacidad creativa se modela, en las escuelas de diseño nos entregan las primeras herramientas para el desarrollo de un pensamiento creativo y activo. Pensar en el proceso, en los referentes y en las acciones. Asociar las herramientas tecnológicas que ayudarán en el proyecto, cuál es la conceptualización, a quiénes nos dirigimos y lo más importante qué es lo que queremos comunicar. Estas asociaciones adquiridas  permiten que los profesionales del diseño desarrollen la capacidad y habilidad para llegar a ser lo que desean.

Lo más importante de este “adquirir conciencia” es la posibilidad de generar espacios de intercambio en los cuales se compartan los conocimientos y las experiencias, dando forma a una real comunidad que crece desde la evolución individual de sus integrantes y que proyecta en todo el entorno.

 

Definir la comunidad. Una comunidad se determina por quienes la habitan
Una comunidad de diseñadores debe ser una constante generadora de ideas, creativa y con capacidad de mirar mucho más allá de los horizontes convencionales. Los diseñadores son los responsables de formar una comunidad que los acoja y refleje en su intensidad de pensamientos y profundidad conceptual. Una comunidad se determina por quienes la habitan. Los seres humanos aprendemos de la interacción con otros, necesitamos estar en contacto y en movimiento. Debemos participar, opinar y “estar” para construir y configurar la comunidad a la que queremos pertenecer.

El desafío es pertenecer activamente, con un pensamiento reflexivo, con la conciencia de que somos responsables de la calidad visual de nuestra comuna, ciudad, región, país y de lo que Chile proyecta al mundo.

Los diseñadores tenemos que  adaptarnos a escenarios cambiantes y mantener la flexibilidad de aprender nuevas formas para entregar calidad.

Dejo aquí la invitación a seguir creciendo, a hacer comunidad y a participar en ella. Propongo mantener el desafío de ser comunidad real y hacer explícitos nuestros procesos creativos, propongo trabajar en conjunto y compartir, construir desde la amabilidad y la valoración del otro. Propongo ir más allá de las formas para preocuparnos del fondo, y asumir que somos responsables de la calidad actual de diseño. Si no proponemos y actuamos no podemos cambiar.

 

En la fotografía: Paloma Rosales y Katherine Moraga en taller de diseño 2010, UTEM

 

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Alguien comentó sobre “Comunidad de diseñadores, creación constante

  1. Me encantan sus escritos profe, siempre que puedo los leo, aveces no dejo comentarios, pero siempre me informo mas sobre el diseño. Me encanta la comunidad de Open D, siempre tienen buenas propuestas. Creo que como diseñadores, nuestra labor va mucho mas allá de solucionar problemas, sino de satisfacer necesidades 😀

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