Desde el 2010 que comenzó débil y tímidamente el “movimiento por la felicidad” se preguntará ¿qué es este movimiento que jamás en la vida escuchó? Este movimiento es el intento, es la propuesta y desafío para ser personas conscientes de las felicidades diarias para conformar comunidades felices. Vivir desde el disfrutar y compartir para irradiar y contagiar con buena onda. He podido observar algunas pequeñas transformaciones, profundas y significativas, en la vida de personas que comenzaron a optar por esta perspectiva de la alegría y entusiasmo como modo de vida. Ha sido muy satisfactorio seguir esos avances y luego de un tiempo constatar que pasa a ser una constante.
Esta definición me hace ver el año del conejo* como una transición, una inconsciente y espontánea transición hacia la construcción de un mundo más justo y alegre, en que las personas sean valoradas y consideradas en cada proceso que las involucra, es decir todos. El aumento por el cuidado del cuerpo y restablecer la medicina natural como una clara muestra del respeto hacia nuestro organismo. Incorporar la meditación para la salud de nuestro cerebro, disminuyendo el estrés y aumentando las capacidades intelectuales. Explosión social en diferentes países en los cuales la consigna era similar y unificadora para nuestra comunidad global. Recuperación del valor de la comunidad como articulador fundamental de las personas.
El conejo aprendió a tejer y centró su tejido en las personas, tejió emociones y acuerdos comunitarios, tejió un trampolín para entusiasmar y movilizar. Aumentó la confianza a compartir conocimientos e ideas, aumentó la confianza en encontrase con el otro, aumentó la confianza en sentir y expresar con el otro.
Por todo esto confío que el dragón vendrá astuto y lleno de energía para seguir derramando entusiasmo. Estoy segura que será con el dragón que el movimiento por la felicidad logrará encontrar el espacio para irradiar y contagiar a todos para vivir y compartir un mundo más feliz, más en comunidad, más en confianza, más en respeto, más en amor hacia el otro, más en el cuidado de sí mismo y el entorno. Más siempre para sumar. Desde todo lo experimentado el 2011, liberación emocional de expresión y encuentro, podemos sentir la efervescencia de una país por hacer cambios profundos con transformaciones más allá de sistemas políticos y económicos, también cambios en la convivencia y el respeto, valoración por todos los seres que habitamos el mundo y por los recursos que la naturaleza nos regala.
Esta es la invitación para “adherir” al movimiento y ser más felices o comenzar a ver con alegría todo lo que nos rodea. El mundo deja de ser gris y comienza a tener colores y formas tan diversas como nuestra capacidad de imaginar.
*Actualización 11 de febrero de 2013: Este nuevo año de la serpiente, con cambio de piel, con camuflaje especial y habilidad de adaptación ¿Como vendrá? Seguro que con mayor flexibilidad y posibilidad de adoptar desde dentro, como dice Malucha, hasta dejar todo en la piel que dejamos atrás, cada ciclo, volver a comenzar y nueva oportunidad de disfrutar y aprender.
Me sumo al movimiento. Cantando como Lito Nebbia “creo que nadie puede dar una respuesta, ni decir qué puerta hay que tocar. Creo que a pesar de tanta melancolía, tanta pena y tanta herida, sólo se trata de vivir”; entendiendo que ese vivir es hacerlo con alegría y simpleza.
entender que todos los seres -nuestros amigos y enemigos- buscan la felicidad, es el primer paso hacia una actitud compasiva.
Muy cierto, y siempre con una gran sonrisa por delante 🙂