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Terminó Santiago a Mil… Con La Pasionaria recorrimos barrios, plazas, Concepción, cuerpos, miradas de chilenos y chilenas emocionadas, añorando teatro todos los días del año, añorándose a si mismos y añorando la luz que respira y se expande en el secreto de sus corazones, con el anhelo profundo de salir a la calle a emocionarse, reflexionar todos juntos, rescatar los espacios públicos para el ejercicio sagrado del arte, la memoria y la comunidad humana, salir en choclón, invitando a la abuela y la suegra, al Poroto y al gato, a los chiquillos, a mi mami y mi papi, al Johnny que anda en la silla de ruedas pero no importa porque llega igual, a la Victoria que es una niña diferente y se ríe a voz en cuello cuando todos callan porque lee esas obras desde otros espacios del ser, a mi chica, a mi novio, a los cabros y cabras del block.

Nos gusta salir como país, hombro con hombro, reencontrarnos con los sueños humanos, asombrarnos ante la belleza de todo lo que podría ser y es en el inconsciente colectivo, sentir en lo profundo del alma ese aleteo de pájaros tornasolados que anuncian el fin de las tinieblas y la llegada del reino del amor, abrazar la impecabilidad y el rigor de nuestra oficio: el teatro.

¡¡¡Qué alegría, esa que nace desde el torbellino de nuestras mariposas soberanas, esas que viven en el propio misterio y avisan la aurora!!!

Y no solo fue La Pasionaria, ¡¡¡no!!! Fuimos muchos y muchas, muchos de estas tierras y otras lejanas y cercanas, muchos embelesados por el encuentro, muchos que llegamos a las calles y regiones, nos tomamos la oscuridad de las salas, sentimos por instantes luminosos, que tiene sentido nuestro quehacer, apasionadamente tiene sentido nuestro grito, nuestra intuición, nuestra ira y nuestra ternura, que el teatro que abrazamos, es indispensable para este Chilito que se pierde y se encuentra justamente en estos eventos y aparece, de verdad, lo mejor de todos y todas nosotras.

Gracias a las miles de miles de personas que nos fueron a ver, aplaudieron, comprendieron en las aguas profundas de adentro, que la vida puede ser distintita, que ES DISTINTA.

Gracias a los organizadores de este Santiago a Mil por la tenacidad de sus sueños, por la porfía, la obstinación, por la fuerza, el empeño, ¡¡¡y la demencia de anhelar lo inmenso!!!

¡¡¡Queremos arte todo el año en las calles del país!!!! Es un derecho y una necesidad. La ciudadanía a la calle, como nuestros estudiantes, para exigir lo que debiera ser subvencionado por el estado. El estado tiene salvaguardar la creación nacional, la investigación artística, la libertad y que todo ese quehacer que se teje desde la voz de los artistas de la patria, pero también desde la voz de todos y todas las chilenas en su deseo profundo de hablar, de reflexionar y crear alrededor de los temas del alma nacional, deben ser cobijados, propiciados, fortalecidos, amparados, dignificados y compartidos con el resto de los vecinos y vecinas de esta nación soberana. Ese es el espacio para preguntarnos quienes somos, hacia donde queremos caminar, cual es el sentido. Ese es un espacio de participación transversal, un ejercicio democrático por excelencia.

¿Se imaginan? Muchos festivales a lo largo del año con sus talleres, conversatorios, coloquios. Muchos festivales de arte aficionado, festivales de barrios, festivales en las regiones, festivales de música, músicos en barcas. Museos viajando por Chile, por sus ríos cuadros y esculturas embarcadas, la gente danzando sus ganas de vivir, los escritores y escritoras en las plazas, tertulias apasionadas en las esquinas… ¿Se imaginan? Yo si y mi corazón ríe, ríe de alegría y la luz me sale a raudales por los ojos. ¿Porqué no? Sería otro Chile, sin duda.

MARIPOSAS  CON  SUS  OJOS  EN LAS  ALAS

ACERCANDO  ESTE  REINO  A  LA  LUZ.

HOY  RESPIRAN  EN  ALGUN  RINCON  DEL ALMA

AVANZANDO  CON  EL VIENTO  DESDE  EL  SUR.

MUCHOS   SALEN

MUCHOS  SALEN  A   MIRARLAS

Y  EN  SUS  OJOS,

NUESTROS  OJOS,

NUESTRA LUZ.

Canción final de La Pasionaria

 

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2 Comentarios sobre “El teatro anuncia el fin de las tinieblas

  1. Estimada Malucha,
    Gande Pasionaria! Pude compartirla contigo en la sesión final del Festival de Teatro de La Florida. La obra, excelente: novedosa, creativa puesta en escena, no reproduce lugares comunes típicos de las recreaciones de testimonios de vida de las tomas y no escabulle los temas difíciles. Gran puesta en escena, refrescante, esperanzadora y necesaria para saber que todo presente tiene su origen y todo origen tiene su historia.
    Punto negro: la manipulación alcaldicia, directa, ansiosa y oportunista a rabiar (partiendo por la mezcla que hizo entre el Festival y la obra y su autodirigida consulta ciudadana por una causa que antes nunca infló.
    Penosa la participación política de la pobladora, que seguramente te hizo sentir algo incómoda. Pero, la vida es así, dura y contradictoria.
    Fue bello reencontrarme contigo una vez más, esta vez viéndote gallarda y complacida en la torre de dirección, lejos de la parnafernalia alcaldicia.
    Un abrazo,
    Fernando Ossandón C.
    ex profesor de comunicaciones,
    EAC – UC
    Fernando

    1. ¡¡¡Gracias Fernando!!!! Que bellos comentarios. Siento lo mismo que tú de la obra.
      El resto…. ¡¡¡¡¡toda la razón!!!! Pero, la vida es así, dura y contradictoria, como tan bien señalas. Y el teatro de calle tiene esos desafíos y esos peligros. Por otro lado la gente cambia… con el tiempo….
      Un abrazo siempre

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