Compartir

Los mensajes que los medios virtuales hacen posible –los medios son virtuales mas no la comunión-, acercan a las personas, a las almas y a las ideas. En lo personal, aquí he tenido la fortuna de conocer un colectivo de especialistas y “locos” por la comunicación verbal y gráfica. La experiencia me toca profundamente porque he visto que compartimos sueños, ideas, pero también problemas.

Y este último aspecto, los problemas y preocupaciones, me hacen reconocer nuestra costumbre de padecer solos y por ende, enfrentar solos la adversidad y buscar solos la solución. Y viene también a mi memoria la lectura de Eduardo Galeano que fue aleccionadora en mis años mozos  universitarios: “Las venas abiertas de América Latina”, que expone nuestro sufrimiento colectivo a causa de la vasta riqueza de nuestra  tierra, que resulta siempre tan atractiva a los ojos celosos.

En estos días más que nunca, el saqueo es entre nosotros mismos y comprendo que esa experiencia de mis “años mozos universitarios”, miles de jóvenes nunca la experimentarán. Y es que los libros, la memoria colectiva son “malos consejeros”.

Aquí en Mérida Yucatán, recién se realizó la Primera Feria Internacional de Lectura organizada por la Universidad Autónoma de Yucatán. Sí, una Universidad Pública amiga y cómplice del conocimiento y las artes, en donde muchos conferencistas tundieron a punta de comentarios y anécdotas a los “nuevos” mesías que pretenden gobernarnos los próximos seis años.

En este escenario ha salido a la luz un texto escandaloso de Josefina Vázquez Mota, la futura candidata presidencial del partido gobernante. Desafortunadamente, en sus años mozos universitarios y para graduarse, la ahora aspirante de la derecha aludió la UNAM, mi UNAM., donde “los estudiantes no se preocupan por aprender”.

Entonces reviso información acerca de lo que acontece en Chile, con el gobierno de Piñera, cuyo arribo al gobierno tanto criticó en su momento la periodista Jimena Ortúzar que colabora en la estación de radio en la que tengo el honor de colaborar.

Los estudiantes chilenos,  aun de instituciones públicas, son rehenes de un gobierno que no invierte en la educación porque, como ya dije: los libros, la memoria colectiva son “malos consejeros”.

Y sin estar allá me informo aunque no experimento físicamente la represión  y el asedio a los estudiantes. Descubro pues, que nuestras venas  abiertas brindan la oportunidad de tender y fortalecer hoy por hoy vasos comunicantes. Una vez más la comunicación.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *