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Conversaba hoy con un amigo y me comentaba que estaba “perplejizado” por muchas cosas que están pasando en nuestro siempre tan especial Chilito. No hablaré de todas, pero al menos tocaré las que resultan, para mí, más importantes.

Me identifico con ese estado de asombro porque han sucedido tantos hechos, la mayoría atroces, en Chile en el último tiempo que sólo me queda declararme perpleja.

El asesinato de Daniel Zamudio, por un grupo de jóvenes tan víctimas como Daniel de nuestra propia ignorancia, nuestra propia indiferencia y nuestro propio egoísmo. Gente condenando a los asesinos porque eran nazis y tenían cara de “alakalufes” (lo leí así, textual). Otros deseando que en la cárcel los violaran. Algunos, los menos, entendiendo que esto es un problema de lo que somos como sociedad y que sólo cambiará con educación, integración, cultura. Los políticos, como siempre, completamente ajenos a la realidad, dando discursos mentirosos para las cámaras, negándose a votar una Ley Anti Discriminación, apoyados por una Iglesia Católica que condena los derechos de los homosexuales, pero trata a sus miembros pedófilos como ovejitas descarriadas. La prensa oficial callada y cómplice de la violencia que nos toca vivir día a día. El Mercurio hablando que en la despedida de Daniel estaba lleno de banderas “multicolores”, Mega mostrando a uno de los presuntos culpables bailando como Michael Jackson. Gente en la orillas de la calle tirando flores y llorando, y luego llegando a casa y hablando del hueco, del maraco, del colita. La discriminación presente en nuestro consciente colectivo desde tiempos inmemoriales y lo peor, es que al menos yo, no veo una evolución cercana.

Ha estado en la palestra también la discusión sobre el aborto terapéutico. Si, aborto terapéutico. Ni pensar en discutir sobre aborto sin apellidos. Como siempre, un grupo de señores completamente lejano a la realidad de cientos de miles de chilenas, decide que no se puede debatir sobre el tema. No les importa. Sus mujeres abortan en clínicas ABC1 y salen hasta bronceadas. Las mujeres pobres abortan en lugares insalubres y si se infectan, corren el riesgo de ir presas. Ellos saben que vetando el aborto no lograrán que no aborten las mujeres, sólo que en sus consciencias arrogantes, hipócritas y pechoñas se sienten con el derecho divino de decidir lo que es bueno y malo para todos; sabiendo que la única diferencia entre un aborto de pobla y un aborto de barrio alto, es el riesgo de muerte de la madre de pobla.

By  the way, sólo como reflexión: Si la mujer que aborta es penalizada, no debería serlo también el macho donador de semen? Seguiremos siendo las únicas responsables del control de natalidad? He escuchado gente que dice “si no quieren guaguas, que cierren las piernas”. No he escuchado a nadie decirle a un hombre “si no quiere guaguas amárrese el pene”.

Me entero que la Corte Internacional falla a favor de Karen Atala y condena al Estado Chileno por discriminación, al haberle quitado a sus hijos por ser lesbiana y que muere Daniel, atacado por unos pobres cabros que creen ser neonazis. Y la Ley Anti Discriminación duerme en el Congreso.

Me entero que mueren mujeres diariamente por abortos hechos en condiciones deplorables y que Piñera, desconociendo su discurso de 2009, se congracia con la UDI oponiéndose al aborto terapéutico. Y no habrá Ley a discutir en el Congreso.

Me entero que, otra vez, un perro vago ha mordido a un niño. La gente culpa al perro, a la madre, al niño; nadie piensa en el irresponsable que abandonó a ese perro. Y la Ley de Tenencia Responsable duerme en el Congreso.

Me entero que el asesinato de Manuel Gutiérrez sigue impune y le siguen mintiendo a su familia. Y Rodrigo Hinzpeter continúa en su cargo, sin hacerse cargo de su responsabilidad política en esta brutal muerte.

Me entero que Marcela Cubillo, UDI que votó contra la Ley de Divorcio, se divorcia y se casa con el Ministro Allamand.

Me entero que la sociedad en general sigue considerando a los encapuchados como un mal, no como un síntoma de lo que está podrido en el sistema.  Y opinan que es más violento que un cabro queme un neumático a que las Isapres, con ganancias millonarias en dólares, sigan esquilmando al trabajador chileno.

Me entero que durante las protestas de Aysén más de un poblador perdió un ojo por la brutalidad de Carabineros, me entero que Carabineros “reconoce excesos” y luego ya no me entero de nada porque se corre en estúpido velo sobre estos sucesos.

Me doy cuenta también que cada vez que en las noticias hablan de un “confuso incidente” es porque alguien ha sido asesinado por Carabineros o la PDI. Y que nunca más se toca el tema.

Me entero que Piñera y Larraín comparan nuestra reconstrucción con la de Japón. Me pregunto por qué no comparan la educación pública de ambos países. Es que no son comparables? Bueno, la magnitud del sismo y del tsunami tampoco. Y si luego pienso que es el mismo Larraín que comparó homosexualidad con zoofilia, digo, qué más se puede pedir?

Me entero, me indigno, me perplejizo. Posteo mi indignación, la tuiteo, la vocifero. Hasta derramo lágrimas de tristeza e impotencia.  Luego sigo haciendo mi vida normal, como todos. Porque es al hijo del otro al que matan, es la hija del otro la que aborta sin tener plata para pagar una clínica, es el perro del otro al que abandonan, es a una lesbiana a quien quitan sus hijos. Son los péndex los encapuchados que arriesgan su pellejo por una educación mejor. No soy yo. No es a mí. Yo soy normal, común, corriente. Hasta que alguien decida que no soy normal y se sienta con el derecho de pegarme un tiro, apalearme hasta la muerte o quitarme a mi hija.

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3 Comentarios sobre “El perplejismo del oscurantismo

  1. Excelente párrafo final. Cuánta razón tienes, cuánta!

    Con sinceridad, no tengo muchas palabras qué agregar. La columna no es reflejo exacto de lo que pienso, pero tu conclusión sí lo es…

    Felicitaciones.

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