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¿Se imagina usted que llegara a su barrio una banda de delincuentes saqueara todas las casas, una por una y se llevara todo lo que hay en ellas?. ¿Se imagina ahora el operativo policial que un acto delictual de esa magnitud produciría? ¿El revuelo comunicacional, las declaraciones de las autoridades? ¿Se imagina la cara de las autoridades si algo así sucediera? Bueno, resulta que esto -aunque usted no lo crea- sucede todos los días en nuestro país: estoy hablando del robo del agua.

Encuentro terrible saquear los recursos  naturales de un país, condenando a la pobreza y el hambre a sus habitantes. Pero quienes cometen este crimen están entre lo más selecto y respetado de nuestro país, así es que no vamos a ver operativos policiales cinematográficos, con balizas y sirenas, y tampoco vamos a ver a nadie esposado y menos un control de detención. A lo sumo, en un tiempo más veremos algún reportaje de estos pueblos fantasmas, donde un día fluyó la  vida  y luego -por obra y gracia de la avaricia de unos pocos- simplemente desaparecieron

Todos unos verdaderos bandoleros robándose el agua de pueblos completos (y si no se la roban, la contaminan y ni los glaciares se salvan) es una demostración de codicia y avaricia verdaderamente repudiable. Y nadie hace nada: el gobierno se queda calladito, nadie solicita un ministro con dedicación exclusiva. Al contrario, apalean y reprimen a los ciudadanos que se defienden del abuso. Mientras, sucumben en el norte y sur del país, uno a uno, pequeños poblados, porque sus napas son secadas hasta que no queda una gota de agua, o los cauces de los ríos son convertidos en alcantarillas. Todo a vista y paciencia de las autoridades.

Comunidades con sistemas milenarios de cultivo que se relacionan con la naturaleza con respeto  y  sabiduría y que sólo toman de ella lo necesario, sin herirla ni dañarla; familias pobres que viven de una agricultura de subsistencia, o la minería en pequeña escala. Todos ellos en un alto porcentaje pertenecientes a nuestros pueblos originarios, se ven obligados a emigrar después de haber perdido lo poco que alguna vez tuvieron. Sus cultivos se secan, sus animales mueren y  sucumbe  la única manera de vivir que conocen y que conocieron sus padres y, seguramente, todos sus antepasados hasta donde tengan recuerdos. Perdemos parte de nuestra identidad, se pierden costumbres ancestrales, plantas y semillas, música, preparaciones típicas, fiestas tradicionales, etc..

Las mineras tienen que desalinizar el agua de mar y punto. Los grandes agricultores no pueden cultivar más allá de lo que sus derechos de agua les permitan y nadie tiene derecho a contaminar en nombre del crecimiento. En vez de eso ocupan todos los recursos hídricos, con o sin derechos… Simplemente los toman.

Por otro lado, todos sabemos que el fin último de la construcción de Hidroaysén es abastecer de energía a la gran minería del norte de nuestro país, que tendrá un aumento considerable en los próximos años. Así es que no solo están convirtiendo en tierra inerte nuestro norte, también van a destruir nuestra Patagonia en nombre del “progreso y el crecimiento”. Realmente, ¿necesitamos ese tipo de crecimiento? ¿Qué le vamos a legar a nuestros hijos y nietos?

La verdad es que no me alegro cuando el Presidente y el resto de las autoridades salen hablando sonrientes de las cifras de crecimiento o del IMACEC. ¿A este costo hay que crecer? ¿Qué parte del IMACEC aportan estas grandes empresas? Así no tiene gracia, vale lo mismo que un siete logrado copiando: ¡nada!

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4 Comentarios sobre “¿El agua es de todos o de unos pocos?

  1. Y se fijó en la choreza de los huasos en Talca? “No queremos plata ni compensaciones, queremos devuelta los miles y miles de metros cúbicos de agua…”

    Notable, así se debiera argumentar siempre.

  2. No necesito ejemplos para saber que es verdad. (FraFra,perdón, es mi manera de estornudar,por ejemplo)
    La Tercera guerra mundial será por el agua,si es que no se resuelve drásticamente la forma de uso y abuso de este vital recurso.
    No es un tema político, es un tema vital,claro y que debe ser transparente,como el agua misma.
    Buena pluma, ojala la tinta con que fue escrito este artículo no se borre facilmente…

  3. Estoy de acuerdo. Muy de acuerdo con lo que expresas.
    Pero mi molestia se acrecienta al percibir, al menos en mi entorno laboral, que temas como el agua no importan, y pasan a ser como el tema freak que pone el desadaptado del donoso a la hora del almuerzo.
    Ni un músculo de inquietud se mueve en sus rostros, como diciendo…”yo en la mañana me duché y agua había, ergo supongo que mañana también..”. esos contribuyen a que los señalados en tu columna puedan hacer de las suyas con el recurso agua.
    gdc

  4. Aborda un tema digno de examen y atención, pero por desgracia no da ejemplos de tales pueblos fantasmas ni de tales robos de agua, lo q deja todo en calidad de un poco de “literatura” y de alarma no del todo fundamentada.

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