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¿Qué motiva a la gente a reunirse en convenciones de mundos fantásticos, héroes, dragones, vampiros, e historias mágicas?

El fin de semana recién pasado asistí a la convención que se estaba llevando a cabo en la Estación Mapocho y que reunió a miles de fanáticos de los superhéroes, antihéroes, sagas fantásticas, coleccionistas, ilustradores y un sin fin de variedades de esta disciplina. Me llamó mucho la atención la capacidad de desinhibirse y personificarse de muchos de los asistentes al evento. Era un desfile de lo más variado, incluyendo a Wonderwoman, Luke Skywalker, la Pequeña Lulú, Batman, Superman, Orcos, Piratas, y tantos otros, que estaban ahí por motivación personal para deleitar a los visitantes, fotografiarse y pasar un buen rato sintiéndose sus personajes favoritos.



Me pareció interesante lo que se logró: establecer un escenario común para gente de diferentes edades y que compartían ese sentimiento, ese amor por el cómic, los juegos y la ilustración y que es tan poco valorada en la sociedad, siendo una actividad de “ñoños” más que una instancia de congruencia social. Pero lo más curioso era darse cuenta de que hay mucha gente que necesita estos eventos masivos para sentirse parte de un imaginario común, liberarse, identificarse en comunidad, con las demás personas que gustan de la fantasía y no tienen otro espacio para reunirse de manera masiva para dar rienda suelta a sus aficiones, a compartir las experiencias e ilusiones mágicas que cultivan desde niños, con grandes personajes e historias que marcaron algún momento de nuestra vida.

Era impresionante ver a adultos, padres e hijos, personas mayores y niños disfrazados, sin miedo al ridículo disfrutando del ambiente que se generaba, de las competencias por quién sabe más sobre una saga,  de conocer al actor de una serie que marcó tu infancia, de poder compartir cara a cara con el creador de las historietas que pasabas leyendo tardes completas. El sentimiento, pasión y adrenalina que provoca la identificación con los más ocultos anhelos personificados en una historia o ser fantástico, la congruencia de imaginarios, el sentirse parte de una comunidad y disfrutar gustos afines en un lugar donde todos son expertos, opinantes, observadores, partícipes.



Considero que esta experiencia es vital para darnos cuenta de la necesidad de comunidad que tenemos, de reunirnos, de compartir, de sentirnos aceptados, incluidos, y además de ver lo que está pasando en el mundo y en Chile con respecto al tema, de otorgar valor también a los artistas locales que deberían tener posibilidad de sacar mucho más provecho debido a la convocatoria y expectativas de los asistentes.

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