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El diseño está en todo, en aquello con que nos relacionamos tanto los objetos como el entorno, productos y servicios. Todo es resultado de un proceso creativo que luego de la exploración y la investigación determina cual es la función específica y el rol que desempeñará en la sociedad y en su relación con las personas.

Hace algunos años en un laboratorio de comunicación Thot conocí la trilogía cabeza, corazón y cuerpo, en ese momento descubrí una nueva manera de mirar y habitar el mundo. Como diseñadora, comprendí que diseñar no comienza en la ideación y desarrollo de los productos y servicios, sino que en la observación constante de las personas, de sus sistemas de relaciones y en la manera en que habitan el mundo dependiendo las comunidades que habita y que habitó.

Observar a las personas desde esta trilogía nos permite tener una mirada mucho más integra y en sintonía con el propósito principal del diseño: servir a las personas desde la armonía y amabilidad con el entorno. Comprender un escenario cultural de una comunidad interactuando en un espacio determinado y que la percepción de una persona o comunidad depende de sus experiencias previas y sus distinciones, conocerlas permite diseñar centrados en la persona.

En el diseño, la trilogía está presente desde la creación hasta el desarrollo conceptual y técnico, encontramos los factores cromáticos, por ejemplo, como determinantes en la provocación y conducción emocional. Las formas y la disposición de los elementos que componen, generan ritmos y centros de interés visuales. En el caso de los servicios generar una experiencia al cliente que definirá la relación y la acción, la representación que se creará sobre la marca que ofrece el servicio y la conducta que provocará por consecuencia de lo percibido y vivido. La jerarquía visual, la estructura y la guía de lectura y miradas a partir de los pesos visuales, de las tensiones generadas y  la distribución de la información como parte de un todo, es una ingeniería de las formas y espacios que permiten construir puentes hacia las necesidades de las personas. El diseño no es sólo la forma, es también la información que ofrece y de qué manera ésta puede ser de utilidad o un mero adorno que sustenta y justifica una estética.

Cabeza, corazón y cuerpo desde el análisis hasta la materialización de ideas. Proponer la trilogía como punto inicial, final y presente en cada producto y servicio. Diseñar a partir de aquello que queremos provocar y entregar como beneficio a la persona o comunidad de destino es la columna vertebral y ética del diseño.

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