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Todo texto, como lo es la palabra y el gesto, es un viaje. Un viaje de un sentido en busca de diálogo con otro sentido. Un viaje de un alma hacia otra alma, de un ánimo al encuentro de otro ánimo. De ahí el título a esta compilación de algunos escritos puestos a viajar en sitiocero. Un cálido lugar de partida. Y más entretenido el viaje si lo hacemos en una Kombi de ligero aire sesentero, al estilo de la foto de portada. Década prodigiosa aquella, afortunadamente una y otra vez re-visitada en estos años de cambio de época y de paradigmas. Algo de las emergentes emociones de esa década late en cada uno de estos viajes: en la amena conversación con el maestro Maturana, en la evidencia y deseo de una nueva comunicación en las organizaciones a tono con el desafío cultural de la sustentabilidad, así como en un par de reflexiones sobre ecología e Historia.

Hace poco, una amiga y un amigo, por separado, me interpelaron diciendo que algunos de mis escritos trasuntaban certezas en un tiempo de incertidumbres. Nada más ajeno a mi ánimo y emoción más intima. Una cosa, que no oculto, son mis deseos que quiero ciertos, e intento observar y escribir desde una atenta responsabilidad y honestidad. Pero otra muy distinta es que moro y viajo en la incertidumbre. Tal como suelo reiterar: en el devenir histórico que los humanos hacemos desplegando nuestros deseos, memorias, intereses y sueños, cierto será solo lo que ocurrirá. Y estos textos, estos viajes, desde la incertidumbre, son apenas mis leves, actuales y situadas convicciones.

Con ese ánimo, quiero cerrar esta introducción de la mano del notable narrador colombiano Walter Ospina, a quién cito de su novela “El País de la Canela” con esta maravilla acerca del misterio de los números. “También yo gasté mis años tratando de aprender la ciencia de los números y su relación con metales, planetas y animales. Hombres que se escondían para pensar y que veneraban estrellas me enseñaron que el uno es el ser y la unidad, que el dos es la generación y el encuentro, que el tres es la complejidad y la dispersión, que el cuatro es el equilibrio y la perpetuación, que el cinco es la ramificación y la estrella, el seis la simetría y el secreto de la conservación, el siete la disonancia y el principio de la virtud, el ocho la infinitud y el arte de la repetición, el nueve la armonía por la cual todo está en cada parte, y el cero la desmesura y el secreto del vacío del mundo”. Uf, qué belleza. El Cero como la desmesura, el secreto y la incertidumbre, el misterio del vacío lleno del mundo. Gracias Sitiocero.

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2 Comentarios sobre “Viajes

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