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Como delegados españoles en el World Public Relations Forum, que acaba de celebrar su séptima edición en Melbourne, el corazón económico de Australia, Sebastián Cebrián, director general de la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom), y yo volvemos a España con dos mandatos: el primero se refiere a la organización del próximo congreso mundial en Madrid; y el segundo, promover entre los profesionales de nuestro país una visión holística, moderna y responsable del ejercicio de la comunicación.

Madrid acogerá en septiembre de 2014 la octava edición del World Public Relations Forum (WPRF), el congreso mundial de comunicadores que organiza cada dos años la Global Alliance for Public Relations and Communication Management, organización que integra a las principales asociaciones de este sector en el mundo. Dircom forma parte de la Global Alliance prácticamente desde su fundación hace ya diez años y aporta 800 de los más de 160.000 profesionales que suman el conjunto de las organizaciones federadas.

El WPRF se ha convertido en el congreso global más relevante de cuantos se celebran en el mundo en el ámbito de la comunicación. La elección de España, lograda en competencia con algunas de las ciudades más relevantes del Planeta, constituye un gran éxito para Dircom, pero sobre todo una enorme oportunidad para que todos los socios y profesionales de la comunicación accedan a una magnífica plataforma de conocimiento y práctica.

En el congreso recientemente celebrado en Australia se aprobó el denominado “Melbourne mandate”, un documento de referencia para el ejercicio profesional que es fruto de la investigación de diferentes asociaciones e institutos que se integran en la Global Alliance. El mandato de Melbourne gira en torno a tres conceptos: el carácter o personalidad de las organizaciones, la escucha activa y el compromiso de la profesión con la ética y la sostenibilidad.

El despliegue práctico de estos tres conceptos configura un modelo muy avanzado para la gestión de la comunicación en las organizaciones, que va más allá del propuesto por la Arthur W. Page Society, una organización formada por jefes de comunicación de las mayores empresas del mundo. El nuevo ‘mandato’ invita a los profesionales a:

  • Definir y mantener el carácter/personalidad de la organización y sus valores.
  • Construir una cultura de escucha e implicación con los grupos de interés.
  • Promover comportamientos responsables por parte de los individuos y las organizaciones.

El modelo propuesto por la Global Alliance otorga a los dircom un papel fundamental en la creación y preservación de los valores corporativos, que constituyen los principales vectores de diferenciación, y nos alienta a interactuar con todos los grupos funcionales de una organización para asegurar la coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. De acuerdo con esta visión, que incluye el estímulo a conductas profesionales inspiradas por valores compartidos, corresponde al dircom el liderazgo de las políticas de responsabilidad social corporativa, cuya ejecución, no obstante, descansa en todas y cada una de las direcciones corporativas y unidades operativas que interactúan con los stakeholders.

En el próximo congreso mundial tendremos la oportunidad de contrastar el grado de avance en la aceptación del modelo propuesto por la Global Alliance. Mientras tanto, los profesionales españoles de la comunicación hemos de implicarnos en la creación de buenas referencias de gestión que faciliten la globalización de nuestra profesión y de las organizaciones de las que formamos parte.

Desde Melbourne a Madrid hay un gran salto en kilómetros (más de 20.000), que se antojan un mero paso en la consolidación de una profesión cuya responsabilidad desborda los lindes de sus organizaciones al estar implicada en la construcción de un nuevo estado social.

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