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“Traigan velas, que nadie se mueva, la función continúa”, el poderoso vozarrón de María Elena Gertner fue más potente que cualquier distracción. En el hall de la sede de la Fundación Neruda en Isla Negra acababa de comenzar una función de teatro, bajo la dirección de la ex actriz, directora, escritora y guionista, con habitantes de la Isla como elenco y cuerpo técnico. Habían ensayado arduamente y un apagón cualquiera no iba a empañar la función a cuyo estreno había concurrido medio pueblo.

Ocurrió  hace unos cinco años, antes que María Elena cayera en cama. Antes de su muerte  en la Isla, en la madrugada del 25 de enero; cuando ya las exitosas teleseries que escribiera para televisión, en los años 80 y 90, casi habían pasado al olvido y también su obra literaria que  a mediados del siglo XX,  la puso en el territorio de los y las adelantados/as .

María Elena Gertner, destacada escritora de la generación de los 50, falleció de madrugada en la casa de Isla Negra donde vivía desde 1990. Allí hizo una vida retirada, tras haber sido una de las protagonistas de la bohemia santiaguina de los años 50 junto a un grupo de escritores en el que las mujeres escaseaban.

Como autora María Elena Gertner  fue una precursora en su época, tal como lo señala la académica Raquel Olea en Escritoras Chilenas Novela y Cuento: “Sus personajes se ubican en la categoría de esos otros sin legitimidad: intelectuales, homosexuales, mujeres que ejercen su sexualidad fuera de lo sexual reproductivo o que no lo ejercen. Son los desobedientes, que constituyen una estirpe que se automargina para construir una felicidad que tampoco se logra”. Por esta suerte de existencialismo hay quienes la compararon con la francesa Francoise Sagan.

De la pluma de Gertner surgieron series televisivas como  El milagro de vivir (1990); La dama del balcón (1986); Morir de amor (1985); El juego de la vida (1983); De Cara al mañana (1982),  donde participaron actores como Alfredo Castro, Roxana Campos y Sergio Aguirre.

De Lihn a Sieveking

Gertner perteneció a la Generación de los 50, la misma de José Donoso, Jorge Edwards, Margarita Aguirre Enrique Lihn, entre otros.  De hecho fue el propio Lihn quien ilustró su primer libro, de poesía,  Homenaje al miedo cuya publicación fue  promovida por Pablo Neruda.

Posteriormente se dedicó a la prosa y sus cuentos fueron  incluidos en la Antología del Nuevo Cuento Chileno (Zig-Zag,1954) y en Cuentos de la Generación del 50. Su novela  Islas en la Ciudad  fue destacada por el crítico literario Alone,  por su “narración ágil y viva, la ausencia de reposos descriptivo, el nervio estimulante y continuo”.  A este libro siguieron otros dos destacando La Mujer de Sal.Junto con escribir se vinculó a las tablas integrándose al Teatro Experimental de la Universidad de Chile, en 1952.

Más tarde, participó en el Teatro de Arte del Ministerio de Educación y en teatros de cámara. Una vez  establecida en Isla Negra, en la década de los 90, siguió ligada al teatro realizando numerosos talleres de actuación e historia del teatro para habitantes de la Isla, en la Fundación Pablo Neruda. En esa tarea estuvo hasta  hace unos tres años y mantuvo una relación estrecha con sus ex alumnos, con los que montó obras como Esperando la carroza, del argentino Jacobo Langsner o La remolienda, de Alejandro Sieveking .

Debido a este trabajo y por su aporte al arte y la cultura  en 2005 recibió la distinción Pablo Neruda, creada por el Consejo Nacional de la Cultura. Por lo mismo, el  espíritu de María Elena cuya obra, según el crítico y escritor Fernando Alegría,”evoca ambientes europeos que tienen algo de Remarque —el de Arco de triunfo— y de Hemingway, (tal vez en la dulce y triste combinación de parques, hoteles, cafés, calvados y lechos sin esperanza, abandonados a prisa en la madrugada)” seguirá presente en las calles de tierra y en las playas rocosas por las cuales solía caminar, siempre al atardecer, siempre perfectamente maquillada.

 

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3 Comentarios sobre “María Elena Gertner, la adelantada

  1. Sólo puedo decir gracias querida amiga por tus enseñanzas, besos y abrazos al cielo para ti Maria Elena. Un tremendo privilegio el haber formado parte de tu vida y familia, siempre estarás en mi corazón.

  2. Gracias por tus palabras. Ayer fue el funeral de María Elena y aparte de algunos amigos del gremio muy cercanos no había gente de teatro. Tampoco de TVN ,canal para el que trabajó en tiempos muy difíciles.Sin embargo,una de sus ex alumnas de Isla Negra hizo un discurso muy certero y emocionante sobre su contribución a la formación de tantos en ese lugar.

    1. Patricia, comparto tu comentario. Sufrí el fallecimiento de la señora María Elena como si hubiera sido el de un familiar. Yo la he admirado toda mi vida y me quedé con la ilusión de haberla conocido con vida (traté de entrevistarme con ella durante mucho tiempo pero no lo logré por variadas razones) de María Elena Gertner fue el primer libro que leí en mi vida y lo he releído durante mis 32 años.
      Lo que me asombra (o mejor dicho) me indigna es que ahora, solo ahora después de su muerte es posible encontrar bastante información, fotos y variados. Antes de este triste suceso no era posible encontrar más que un par de pobres reseñas de su inmenso talento.
      Me hubiese gustado (¡no se imagina cuanto!) poder compartir el día del funeral para rendir mi homenaje a la que es para mí una de las mejores pero me enteré tarde.
      Espero que mis sentimientos de admiración y de profundo respeto puedan llegar algún día a su familia y ahora a esperar poder conocerla en otra dimensión.
      Usted sabe si es posible visitar algún recordatorio en el Cementerio Católico? Agradeceré si me puede contar algún detalle ya que, vuelvo a insistir, la señora María Elena es y será mi más admirada artista chilena.
      Mi mail es: avalucion@yahoo.com

      Le saludo afectuosamente. Paula

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