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La identidad de las ciudades es el resultado de una dinámica impuesta por lo que las generaciones van conservando y recreando del pasado, como también de los nuevos aportes que recogen el espíritu de su tiempo. Si un espacio urbano ha sido intervenido históricamente desde la lógica rentística del negocio inmobiliario, normalmente el resultado ha sido una desvalorización del legado arquitectónico y la ausencia o carencia de una planificación de la ciudad. Bajo estas condiciones no se genera un vínculo de pertenencia, y más bien predomina una desatención, por cuanto no se es partícipe de una historia y un relato común.

Un ejemplo de antología es Temuco, en donde su acelerado crecimiento no ha tenido contemplaciones con su pasado. No fue una preocupación de quienes tuvieron el poder de decisión y se llegó a decir, cuando algunas minoritarias voces comenzaron a reivindicar la necesidad de conservación, que “Temuco no tenía patrimonio arquitectónico”. Muy recientemente -lo cual se plasmó en el plano regulador vigente desde 2010­- se identifican edificaciones que deben ser conservadas y un concepto de calidad de ciudad que busca preservar el entorno, que como es sabido no es del gusto de los inversionistas inmobiliarios, pues les limita la expansión y rentabilidad de su negocio.

La creciente preocupación de los temuquenses por los problemas compartidos derivados del crecimiento urbano (contaminación ambiental, congestión vial y seguridad ciudadana, entre otros) debe acompañarse de un relevamiento de las iniciativas que buscan afianzar laidentidad como ciudad capital de la Región de La Araucanía. La reivindicación y vigencia de la cultura mapuche ha de complementarse con otros hitos como el aporte de los colonos, el ferrocarril, la presencia nerudiana, la actividad artística, la de los educadores, las universidades, el comercio y los servicios, entre otros. Es la hora de construir y soñar la ciudad, a partir de hacerla más vivible, más amable y entrañable, pensando no solo en quienes hoy la habitan sino también en los que vendrán.

 

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