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El mar me transporta, su ir y venir me sumerge en recuerdos y sensaciones de años y de vidas.

Un viaje en cada oleaje, conectada con la espuma, con la vitalidad y autonomía del agua que llena el planeta. Suspendida en la memoria del cuerpo, la piel sintiendo veranos de playa, emociones de reencuentro veraneante y sueños esparcidos en tu sonido y movimiento ondulante.

Aquella porción acuosa que nos une y separa, que completa la tierra y densifica, que transporta y se desparrama alrededor de todas las rocas, envolviendo con un blanco brillante cada espacio interrumpido por su fuerza.

Hoy estas enérgico, presente y mostrando tu vitalidad. Nos recuerdas que estas siempre bordeando nuestra tierra, nos recuerdas que tu potencia moviliza nuestras emociones y que nuestra conexión vital es una constante.

Estas presente y te siento, te escucho, te huelo,

Disfruto el aire que mueves en cada azote de ola. Disfruto el vuelo de los pelícanos alborotados por tu violento vaivén. Las gaviotas escondidas en algún lugar lejos de tu impredecible movimiento.

Quieres que te veamos, que no nos olvidemos que tienes vida propia, contenedor de tanta vida, sumergida y a flote, generosidad burbujeante e inmensidad densificada de vida.

Te subes por las calles, quieres que veamos tu inmensidad, que escuchemos tus gritos de amor por la vida que mueves y llevas en cada marejada. Quieres que te sintamos que seamos parte de la naturaleza, que nos sintamos un elemento más que completa este bello ecosistema entre el suelo y el cielo. Somos uno, conviviendo y sintiendo que la vida es aquella que compartimos en cada respiro, juntos respiramos y nos sentimos, movilizamos aire y nos acariciamos en la inmensidad del aire.

La luna influencia en tu movimiento, atenta, expectante y participante. Hoy quiero ser luna, portadora de la luz blanca que observa la intensidad de las olas, sintiendo la sangre revoloteada por cada suspiro de mar. Observando desde el cielo tu inmensidad, tu fuerza y tu vida mezclada con más vida. Quiero ser luna redonda y brillante, quiero reflejarme en ti y fundirnos en un abrazo de luz, de mar, de tierra.

Blanco resplandeciente, cegando a las rocas que detienen tu potencia, transformando la densidad del océano en miles de partículas refrescantes y movilizadas por la suave brisa costera.

 

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