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Chile, país OCDE… hemos obtenido este preciado título de país  puntero, de nación triunfadora y pujante, transformándonos en símbolo del modelo llevado a su extremo más desquiciado, siendo la codicia y el lucro instaurados como valores, convirtiendo la ley del más fuerte en la imperante en todos los vínculos humanos.

El tipo de sociedad que hemos construido, feroz y competitiva, genera grandes desequilibrios en la salud de sus integrantes, que viven en la angustia de sentir cuestionado su propio valer, vulnerados en su dignidad. En esta mecánica de lucha  y competencia, arrogancia y desconfianza, para que uno “gane” otros varios, la inmensa mayoría, deben perder.

En nuestro país, en este escenario de egoísmo y abuso, además de un rotundo fracaso la “guerra contra las drogas”, con especial énfasis en perseguir la cannabis,  ha sido un poderoso medio de criminalización y control de los ciudadanos, en particular de la juventud y de las mujeres: el 52% de las mujeres privadas de libertad en Chile lo están por infracciones a la ley de drogas, ley 20.000. Los  usuarios de cannabis son perseguidos y tratados como delincuentes, siendo vulneradas sus libertades individuales y su derecho a elegir utilizar esta planta milenaria con fines medicinales, recreativos  o espirituales, aliviando así en parte el estrés y el dolor provocado por la naturaleza de la vida poco amable que llevamos.

Necesitamos una nueva Política de Drogas, que ponga en el centro a las personas y sus contextos, con pleno respeto a los Derechos Humanos.

Necesitamos cambios profundos, que nos devuelvan la dignidad  como sociedad, cambios que surjan desde el corazón de  las comunidades,  que terminen con la inequidad estructural de este modelo que niega al otro… Necesitamos darnos un nuevo orden donde haya espacio  para la empatía, la colaboración y la cooperación, un nuevo orden que garantice terminar con la violencia hacia las mujeres (ya van 30 femicidios en lo que va corrido del año), con la violencia hacia nuestros pueblos originarios, un nuevo orden que garantice la Protección Integral de la Infancia.

Necesitamos una constitución engendrada y nacida en libertad, de todos y para todos…

Por eso estamos aquí y ahora…para hacernos cargo de escribir nuestra historia

Texto leído en el encuentro ciudadano “Plebiscito para una nueva Constitución”.

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2 Comentarios sobre “Estamos aquí y ahora, para escribir una nueva Constitución

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