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Ha pasado ya una semana desde las primarias y no quedan dudas de que Renovación Nacional fue el gran perdedor, pero a la vez, el único con una posibilidad cierta de reestructurarse. Si bien en cierto que la Democracia Cristiana también fue abatida, su triunfo nunca se esperó realmente, era evidente que la ex presidenta iba a ganar en su primaria, pero eso sí, nunca esperé un margen tan amplio. Eso dice que Bachelet es vista más allá de una figura política, se le ve casi como un Moisés llevando a su pueblo por el desierto, una figura mesiánica.

Pero volvamos a RN. Ya se ha dicho por todos lados que Andrés Allamand se equivocó rotundamente al apelar al voto de la derecha dura y que le jugó en contra no diferenciarse. Eso no interesa ya, lo que sí lo es determinante,  es saber que va a pasar con su partido, yo veo 3 posibilidades:

1. Si Carlos Larraín sigue de presidente, se terminarán de unificar con la UDI siendo un solo gran partido, tal como se mostraron en las primarias.

2. Si Allamand pasa a ser el presidente de RN, la guerra fratricida con Piñera para el 2018 se declara inmediatamente.

3. Cambian presidente (pero distinto a Allamand), y giran hacia el votante de derecha más moderado. A mi juicio, la nueva centro-derecha es la que encarna Andrés Velasco, de amplias libertades civiles y sociales con un claro sistema neoliberal como el que tenemos.

La opción más razonable es (3). Renovación Nacional tiene un sector que encarna mejor con lo que señalaba Velasco que con lo que comulga hoy su partido. En el programa de Tolerancia 0 del día domingo 7 de julio, Matías del Río señalaba que la derecha tenía 2 almas, la de José Antonio Kast y la de Manuel José Ossandón. Yo creo que se equivoca, las dos facciones de la derecha son evidentemente los que piensan como JA Kast o Longueira, y por el otro lado vemos a Lily Pérez o Marcela Sabat por ejemplo.  La pugna entonces por RN se vuelve interesante, porque tienen un porcentaje de votos en Velasco, que mientras no forme su movimiento o su partido (que por fin encarnara a los liberales de verdad) están “huérfanos”.

Por lo tanto, si RN quiere seguir con vida política debiera moverse hacia el centro, volver a ser la casa de los liberales de centro-derecha, antes de que Velasco se lleve a todas “las Pérez y Sabat” del partido, gente que ya no tiene el trauma de decir dictadura, de poder discutir sobre el AVP, el auto-cultivo y todas aquellas luchas que están sosteniendo los liberales hoy en día.

La vieja RN va camino al entierro definitivo si no opta por diferenciarse de la UDI, el que Ossandón diga dictadura no lo hace más de centro, porque se opone a toda discusión que un liberal está dispuesta a dar (sobre todo en el tema del aborto), por  lo tanto, a mi juicio, el apoyar a Longueira sin hacer una seria transformación de su eje matriz, hará que el partido deje de existir como algo distinto a su amigo de coalición.

La batalla por la dirección de RN está desatada, veremos quién gana, si el poder monárquico de Carlos Larraín o los liberales que espero, ofrezcan una nueva centro-derecha al país. ¿Qué pasará?

“Cuando las ideas son descuidadas por los que debieran preocuparse de ellas –es decir, por los que han sido educados para pensar en forma crítica de ellas-, éstas adquieren a veces un impulso incontrolable y un poder irresistible. Isaiah Berlin, “Dos conceptos de libertad”.

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