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Con las candidaturas presidenciales y las plantillas parlamentarias ya definidas, las campañas entran en su fase de mayor despliegue e intensidad. En ese contexto, resulta interesante mirar en retrospectiva y sacar algunas lecciones del caso emblemático de las últimas municipales: el triunfo de Josefa Errázuriz en Providencia.

Partiré mi análisis de una premisa: en muchos sentidos, el caso de Providencia fue excepcional, único, de modo que no sería correcto tomar esa experiencia como un modelo a replicar mecánicamente. Sin embargo, desde un punto de vista sociológico, resulta de alto interés analizar este caso como un paradigma que muestra hacia dónde se está moviendo la sociedad chilena y el tipo de campañas políticas que está siendo más efectivo, de manera de extraer las lecciones que pueden ser pertinentes para orientar campañas progresistas en curso y futuras.

Importancia de un liderazgo construido en el trabajo de base y apuesta por la construcción programática participativa

Josefa Errázuriz, al momento de postularse como alcaldesa, no era una advenediza en el ámbito municipal. Había forjado una carrera como dirigente y activista en la Unión de Juntas Vecinales de Providencia, en la Asociación Chilena de Zonas y Barrios Patrimoniales, en Ciudad Viva, la Agrupación por un Santiago a Escala Humana y la Red de Territorios Ciudadanos.

Josefa Errazuriz 1 Fotografía Fernando Ramírez
Josefa Errazuriz 2 Fotografía Fernando Ramírez

Ahora bien, uno de los rasgos estratégicos de Errázuriz es que no puso esa experiencia al servicio de un perfil tecnocrático del “yo lo sé”, sino que fundó su confianza en el saber del otro, abriendo un amplio cauce a la participación. Obviamente, en política siempre se trata de agregar demandas, de modo tal de arribar a un proyecto o programa que sea realizable. Pero ese proyecto o programa es más potente y movilizador cuando es construido desde abajo. Ese fue un gran logro –y una gran enseñanza– de esa elección. A ese respecto, cabe citar la respuesta que dio la flamante alcaldesa a la pregunta que le formuló The Clinic pocos días después de la elección: “¿Qué es la participación?”. Respuesta: “Es ser parte de un proyecto. No sólo que te consulten si quieres que la silla se pinte verde o café, sino que te pregunten qué quieres hacer y por qué. Lo más importante es que tu opinión vale lo mismo que la de un técnico, porque quienes conocemos mejor que nadie la ciudad somos los vecinos que la habitamos”.

Errázuriz ha enfatizado que esto debe ir de la mano con una política de rendición de cuentas real. De hecho, uno de sus primeros actos después del triunfo fue pedir a sus propios partidarios que la fiscalicen y que exijan su derecho a participar. Reafirmando esta línea, la alcaldesa apoyó recientemente la acción de la senadora y nuevamente candidata Soledad Alvear, quien inscribió los diez ejes programáticos de su candidatura en una notaría, en el marco de la discusión de la iniciativa “Voto programático”, que se discute actualmente en el Congreso. Al respecto, Josefa señaló: “Siento un gran orgullo que una senadora y actual candidata pueda inscribir sus propuestas de programa en una notaría, porque no tiene ninguna obligación de hacerlo; y no solo eso, que la venga a inscribir, sino que esté dispuesta a cumplirlas y dispuesta a que año a año se pueda rendir cuenta en torno a esas propuestas a la ciudadanía”.

Josefa Errazuriz 3 Fotografía Fernando Ramírez
Josefa Errazuriz 3 Fotografía Fernando Ramírez

En los hechos, lo que se vio en Providencia –y lo que está en desarrollo con las medidas implementadas y por implementar– fue la construcción de un verdadero pacto social a escala comunal, impulsado por una líder creíble y con ganas de no “secuestrar” el mandato entregado por las urnas, sino más bien ser fiel a él en sus aspectos esenciales. La temprana concreción del cambio de nombre de Avenida 11 de septiembre por Nueva Providencia fue un primer hecho, fuertemente simbólico, que marcó con claridad la fidelidad a ese mandato y la nueva cultura que se propicia desde la comuna.

Ahora bien, no obstante la legitimidad del liderazgo de Errázuriz, sin duda que su triunfo y el sello de su estilo de gestión ya en ejercicio no sería concebible sin el movimiento Providencia Participa, donde confluyen una serie de organizaciones de la sociedad civil focalizadas en dar un giro profundo a la gestión municipal, inspirándola en valores democráticos, de respeto a los derechos humanos, tolerancia, empoderamiento ciudadano, solidaridad, integración social; y con una perspectiva de planificación urbana participativa, equidad territorial y sustentabilidad ambiental.

El sello de respeto por la diversidad y por los valores democráticos se vio reforzado con el apoyo al “Acuerdo por la Igualdad” que suscribieron los participantes en la primaria de la oposición en Providencia. Este compromiso de defensa explícita de la diversidad y los derechos de las personas lesbianas, gay, bisexuales y transexuales, sumó a los activistas de esta causa al movimiento en favor de una Providencia más democrática, aportando gran actividad en las redes sociales. Un rol importante en la materia jugarían Pablo Simonetti  de Fundación Iguales  y el posteriormente electo Concejal de Providencia Jaime Parada Hoyl.

Josefa Errazuriz 4 Fotografía Fernando Ramírez
Josefa Errazuriz 4 Fotografía Fernando Ramírez

Alianzas amplias + densidad de sociedad civil con sustancia programática + propósito épico/movilizador

La alianza que se forjó en Providencia y que llevó a Josefa Errázuriz al poder cubrió un arco amplísimo que iba desde Red Liberal, liderada por Cristóbal Bellolio, hasta el Partido Comunista. Sin duda, esa alianza amplia tensó la cultura política binominal y operó como un modelo que va en línea con los esfuerzos que a nivel macropolítico la Concertación y otras fuerzas (en particular el PC) vienen haciendo para construir una Nueva Mayoría.

Sin embargo, lo que mostró Providencia fue la constitución de una política de alianzas mucho más rica que la circunscrita a los partidos. En esa confluencia de fuerzas –es fundamental resaltarlo– existe una fuerte densidad y masa crítica de sociedad civil, con gran presencia de independientes. El rol jugado por Revolución Democrática y por las distintas ONG y movimientos que confluyeron en Providencia Participa fueron clave en la generación de ideas, movilización, persuasión directa en las calles y en las redes sociales. Así, no fue casual que cuando la ex Presidenta y actual candidata Michelle Bachelet llamó a Josefa Errázuriz para felicitarla por arrebatarle la alcaldía a Labbé, la flamante alcaldesa le recomendó proyectar el modelo de lo realizado en Providencia al país entero. En palabras de la alcaldesa: “Ella –Michelle Bachelet– llamó exclusivamente para felicitarnos por el triunfo. Le parecía que esto era un gesto muy fuerte de la ciudadanía y me aproveché para mandar un mensaje. Le dije: ‘Modestamente, Presidenta, si usted quiere volver a gobernar Chile, hay que escuchar a la ciudadanía, hay que tomar Providencia Participa y convertirlo en Chile Participa’”.

Ahora bien, en el esquema de Providencia, fue claro que los partidos estuvieron presentes, pero jugaron un rol más bien secundario o de segunda fila. Lo que se perfila en ese modelo, analíticamente, es la confluencia entre movimiento ciudadano (polo sociedad civil, movimiento social) y sistema partidario, en una trenza compleja y nutricia. Así por ejemplo, Revolución Democrática, que surgiera al alero de la Nueva Acción Universitaria, vivió una experiencia significativa en la elección de Providencia, que sirvió para potenciar su construcción específica como partido político.

En coherencia con la idea de confluencia, hay que prevenir contra una mirada ingenua que apueste todo al movimientismo o a la dinámica autosuficiente de la sociedad civil. Quien tenga algo de experiencia política sabe que la estructura territorial de los partidos, ese rizoma cultural y organizativo de lealtades, movilización y memoria, es fundamental en toda elección, sobre todo si es de escala nacional o cubre distritos y circunscripciones amplios. Desde ese punto de vista, parece acertado el balance que hiciera Carolina Tohá luego de las elecciones municipales, apuntando a su propia experiencia en Santiago y a la de Errázuriz en Providencia: “Los partidos son indispensables, pero sin ciudadanía, hoy no se hace nada”.

Por su parte, Sebastián Depolo, Secretario General de Revolución Democrática, apuntó al valor de las alianzas amplias, con confluencia de organizaciones del polo sociedad civil y del sistema de partidos: “Lo que aprendimos en la primaria de Providencia es que cuando uno une fuerzas con los distintos, efectivamente, ciertas cosas que políticamente parecían imposibles, se pueden lograr”.

Josefa Errazuriz 5 Fotografía Fernando Ramírez
Josefa Errazuriz 5 Fotografía Fernando Ramírez

En el caso de Providencia, lo que parecía imposible era desbancar a un alcalde autocrático, con años de experiencia como “hacedor”, que había construido sólidas redes clientelares en la comuna. No obstante, la lucha valía la pena. Sus provocaciones –como autorizar un homenaje al violador de derechos humanos Miguel Krassnoff en el Club Providencia, o tratar despectivamente a Josefa Errázuriz de “dueña de casa”– así como su manejo autoritario durante el conflicto estudiantil, movilizaron a un amplio contingente de personas indignadas con su conducta y con la permanencia de un símbolo de la dictadura en un cargo de tanta visibilidad. Se cumplió entonces lo que se necesita para tensar una competencia política: el despliegue de una épica asociada a un propósito potente y movilizador. Como lo planteó el escritor Marcelo Mellado: se trataba de “una pelea que valía la pena, sacar el último vestigio de la dictadura”.

Desde un punto de vista analítico, cabe también destacar la importancia de las primarias como factor movilizador adicional. En el caso de Providencia, las primarias generaron un fuerte activismo y compromiso de trabajo en la calle y en las redes sociales; hubo un claro reencantamiento de la juventud con la política en su sentido más noble, el de involucrarse e influir en los asuntos de la polis; y se produjo un fenómeno adicional: la fórmula “palomas + billetera generosa para copamiento publicitario”, sin perder su importancia relativa, cedió lugar a la preeminencia de ciudadanos en campaña convenciendo de co-construir y apoyar un programa.

Habiendo seguido de cerca la experiencia se Providencia, se comprende la decepción posterior de Ricardo Solari, cuando fracasó el primer intento de la Nueva Mayoría por realizar primarias. En el análisis de Solari: “La realización de primarias apuntaba principalmente a poner en marcha un nuevo relato político participativo e incluyente, construido sobre la convicción que solo un proceso que se haga cargo de la emergencia de nuevos actores y ciudadanos puede reconstruir los circuitos rotos entre sociedad y política”[1]. Como es sabido, con posterioridad, la Nueva Mayoría corregiría parcialmente ese error, realizando primarias convencionales acotadas que revitalizaron la construcción de la plantilla parlamentaria, dando paso a liderazgos renovados como el de Karol Cariola en Recoleta o Cristián Cuevas en Calama.

Las primarias, por tanto, parecen haber llegado para quedarse, con un fuerte efecto revitalizador sobre la democracia.

Josefa Errazuriz 6 Fotografía Fernando Ramírez
Josefa Errazuriz 6 Fotografía Fernando Ramírez

El papel fundamental de las redes sociales

Por una confluencia de factores, las redes sociales resultaron fundamentales en el caso de Providencia (también en el caso de Carolina Tohá en Santiago). La fuerte presencia de los jóvenes de RD en las redes, el activismo de Jaime Parada y Pablo Simonetti, junto a la Fundación Iguales, marcó una presencia abrumadora en las redes en favor de Errázuriz.

La soberbia y las provocaciones de Labbé contribuyeron a su propia derrota, al generar sucesivas “funas” o campañas de hostigamiento virtual bajo el hashtag #Labbestia. La primera se había generado en 2011, año de las grandes movilizaciones estudiantiles, cuando el entonces alcalde ordenó desalojar los colegios tomados de la comuna y anunció el impedimento de inscripción en dichos establecimientos, para el año 2012, de estudiantes que no vivieran en la comuna. En esa ocasión el hashtag #Labbestia fue trending topic.

Por otro lado, cabe destacar que el día de la elección municipal, con varias comunas registrando batallas estrechas y significativas, Providencia se instaló en la red por sobre otros debates, llegando también a convertirse en trending topic. Según un análisis de La Segunda, sólo la palabra “Providencia” generó 75.971 comentarios propios (sin considerar los retuits): “Y es que la red había tomado conciencia de su importancia al constatar que al menos había una candidata que le pertenecía, que había nacido y crecido en las redes: @josefaerrazuriz”.

Para concluir sobre el punto, lo que mostró la elección de Providencia es que el puerta a puerta material, cara a cara, y el puerta a puerta virtual, se potencian mutuamente y se anuncian como la simbiosis del futuro.



[1] Ricardo Solari: “La frustración electoral de la Nueva Mayoría”, The Clinic, 16 de mayo de 2013, p. 13.

 

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