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a Agueda

El 4 de septiembre llegó Guadiana con su taxi
a decirnos que parece, que debíamos ir, que podría
ser, temblábamos y fuimos sin saber a qué.
La calle Bulnes estaba cercada, pero escuchamos
llorar. Esa noche quise escribir este poema
pero sólo hoy vino a buscarme para pagar
esa deuda de amor, memoria  y resistencia.
Tenías en la mirada el mundo que buscabas
construir. Y al cual nosotros contribuíamos
con tablas, alimentos, poemas  y canciones .

Así fue, te debía este poema. Era una deuda
de libros-años y de años-.luz. Claro, ni yo era
el que soy ni éramos los que ahora somos.
Busqué este poema a los lugares más diversos:
en las CEBs, en el CODEPU, hablé con Dante,
fui a la Vicaría. Y no podía encontrarlo.
Hasta que hoy se escribió / casi solo. Podría
decir que fue dictado. Y de la manera recibida,
lo entrego. Escuchen. Con Lillo, Isa, Rei
y Gregorio imprimimos un Libro de Poemas
en la clandestinidad de Chile. Le hicimos
cariño picando el esténcil en dos oportunidades
porque eran dos mil ejemplares requeridos.
Y así lo hicimos y los dejamos ir sabiendo
que no iban a regresar. Y no regresaron,
Jécar. Ni a nuestra casa ni al Paradero 18.

A pesar que estaba repleto, casi no había
ruido en el Salón Parroquial Pablo Labrín.
Parece que Ita Ford y Blanca estaban en la Sala.
Gregorio distribuyó funciones y llegó
con el catering (jugos yupi y marraquetas
con morcilla) una muchacha de la cual
todos estaban enamorados. Sobre la mesa
–en la cual se Oficia Misa– brilla el libro
–de origen roneo y engrapado en sus orillas–
firmado por Simón Eustaquio Pérez.

En la ceremonia un actor chileno, exiliado
en Canadá –que se iba al día siguiente– declamó
algunos de los Poemas para Resistir y un viejo
militante socialista tocó La Marsellesa en acordeón.
Era hermoso ver que en ese Acto profético,
volvía a la libertad esa bandada de pájaros.
Los editores burlaron el cerco de Dinacos
y dispusieron esos rayitos de sol. Luego llegaron,
uno tras otro, los compañeros en bicicletas
como estaba pre-visto. Y atrás, sobre la segunda
rueda, donde a veces llevan a sus novias,
instalaron los libros de acuerdo a las necesidades
de las organizaciones. Nosotros a prudente
distancia¬ –quizás para poder escribir el poema
que ahora escribo, rompimos las normas
de seguridad– vimos como muchos trazos de luz,
quedaron esparcidos en la noche.

A Manuel nunca más lo vimos. Gregorio
después de ir a Moscú, murió de cáncer.
Lo atendió el Dr. Almeyda. Con don Pedro
y Reinaldo seguimos siendo amigos. Tardíamente
supe de dónde venía ese llanto de calle Bulnes:
éramos nosotros los que llorábamos,
libres, dentro de nosotros mismos.
Miramos desde la esquina durante un rato
y luego nos abrazamos. Así hemos permanecido.

Tú, en ese entonces, Jécar, te las ingeniabas
para relacionar la Escuela post-marxista
de Frankfort con la miel, que nos traías
dentro de un tarro de café.  Nadie conocía las propiedades
de la miel como tú. Al fin y cabo,
pienso ahora, junto con la leche es uno
de los componentes de la Tierra Prometida,
hacia la cual inalterablemente caminamos.

 

 

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9 Comentarios sobre “Poema para Jécar Neghme

  1. tenia siete meses de embarazo cuando mataron a mi amigo, fue tan profunda la angustia de ese dia que senti mi guagua llorar dentro de mi panza. pense que estaba loca , y el medico me dijo que si era posible. “el turco” era inteligentisimo , claro brillante, pero era capaz de salirse de su papel de politico y de hablar de cualquier cosa y reirse y reirnos como locos. Asi prefiero recordarlo , para no sufrir, son tantos los muertos que me duelen…

    1. leila: hace mucho que escucho lo mejor de jecar,me hubiese gustado conocerlo,escucharlo,entender sus palabras y sus silencios,espero al reunirnos podamos conversar y yo pueda escuchar.

  2. Jekar, brillante combatiente, nunca dejaste de ser niño, en aquellos años en el Peda , como he de olvidar, no pude estar en Santiago, pero ahí donde estaba sali a las calles a gritar tu crimen, no importando nada, caímos detenido junto a varios y me hermandaba con aquellos que te fueron a dejar, mas nunca dejaste de brillar y sigues presente en cada paso que hoy seguimos dando, abrazos y besos, compañero.-

  3. Nuestro amigo Jecar, lucido como ninguno, revoltoso como niño una promesa trunca, alguien que tal vez ya existe tomará tu legado y tus banderas.

  4. Gustavo, eres el cronista/ poeta de nuestras luchas, amores, dolores y sueños.
    YJECAR, COMO LO DESCRIBES conocedor de todas las
    mieles y los sueños!! Cómo se extraña, en éste Chile nuestro atomizado, “sin ni uno que valga” (alguno hay que no conocemos como a él pero…)como decía la Viola cantando de Manuel!!

  5. Podria decir que hermoso el poema
    hay nombres, calles y tiempos que conozco
    pero solo escucho y frio
    empuno mi mano, mis dedos
    y mi odio
    pero lo agradezco
    es mejor que la pena

  6. me dio nostalgia y tantos recuerdos que las lagrimas salen solas, tenia 27 primaveras y nunca antes habida visto tantos muertos flotando en el mapocho.. que triste es recordar…
    .

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