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El desafío era escribir sobre la navidad. Google me ayudó en la inspiración, y entre historia y religión, me encontré con datos bien curiosos sobre la navidad. A modo de introducción –y como nunca está de más- parto comentando que la navidad conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén y se celebra el 25 de diciembre según el calendario Gregoriano, aunque en algunas religiones -que no aceptaron  la reforma hecha al calendario Juliano- se celebra el 7 de enero. Sin duda una excelente fecha para celebrar.

Otro dato interesante es que la data exacta del nacimiento de Jesús no está en la Biblia, y que la fecha de celebración tiene sus raíces en festividades más bien paganas, como la ceremonia del solsticio de invierno (al otro lado del mundo), conmemoración que la iglesia Católica adaptó para convertir a los paganos. Acá podemos incluir también las celebraciones del dios Huitzilapochtli en México y el dios Inca Inti, ambos festejados en diciembre, y cuyos cultos fueron modificados por la iglesia unificando el criterio de “DIOS” y dándoles características cristianas, ajustando la fecha al 25 de diciembre.

Buscando más datos curiosos me encontré con que la navidad se celebra dos veces en Belén, una el día 25 de diciembre –por la Iglesia Católica- y otra el 6 de enero según la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén. Esto, porque ambas instituciones son administradoras de la Basílica de la Natividad, lugar exacto donde se dice fue el nacimiento del niño Jesús. Eso sí, el país que más días seguidos celebra la Navidad es Puerto Rico: empiezan en noviembre después del día de acción de gracias y terminan en febrero, en la celebración de la Candelaria (donde se venera a la virgen y se presenta al niño Jesús a la Iglesia, el 2 de febrero).

Sobre la simbología navideña, descubrí que la tradición del arbolito fue instaurada en Alemania por un mártir inglés llamado Bonifacio. Cuenta la leyenda que este monje, enojado con las celebraciones paganas, cortó un roble decorado para el dios Thor (el dios trueno de los germanos) y lo reemplazó por un pino, imponiendo la moda navideña.

También descubrí que aunque muchos dicen que es un mito, al parecer fue la Coca Cola la que terminó por perfilar a nuestro Viejo Pascuero como el típico viejito gordo, amable, de anteojos y barba blanca. Dicen que el primer Papa Noel data del siglo IV y hace alusión a Nicola de Bari, un turco de buena familia que siempre fue muy generoso con los niños. Sin embargo, este viejito pascuero era bien distinto al de hoy: flaco, alto y moreno. También hay quienes dicen que San Nicolás data del siglo III y viene de Grecia, y hay otras historias que lo vinculan a los Irlandeses, incluso con atuendos verdes en vez del típico traje rojo.

Y para terminar, una de las cosas más extrañas que leí tiene relación con el pesebre o “belén”, como también llaman a las tradicionales representaciones del nacimiento. Dicen que en los pesebres populares de Cataluña agregan una figura adicional a los típicos reyes magos y animales. Se trata de un señor llamado caganer, que representa a un campesino en el acto de la defecación, haciendo un guiño a los antiguos cultos agrarios de fertilización del campo. Curioso, casi tanto como la eliminación del buey y el típico burro de nuestros pesebres según el ex papa Benedicto XVI, quien asegura que los dos animalitos nunca existieron en el momento en que nació Jesús (momento que hasta ahora, nadie tiene claridad de cuando fue).

Por mi parte, me sigo impactando con la nueva Navidad del sistema capitalista: una vorágine consumista descontrolada, donde nos ganamos el amor y la admiración de nuestros hijos, padres, hermanos y amigos según el regalo que podemos comprar. Claramente, la versión actual de esta celebración parece ser mucho más pagana y superficial que los antiguos rituales al sol o a los dioses mitológicos. Me quedo con la nostalgia de tiempos pasados, de más abrazos y risas y menos Mastercard.

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2 Comentarios sobre “Excentricismos navideños de ayer y hoy

  1. Gracias Juan Pablo! a mi también se me hace difícil festejar de la misma manera que lo hace un Católico o alguien con fe en estas creencias…sin embargo me quedo con la felicidad de los que me rodean, con la posibilidad de reunirnos, con la sensación en el aire de que a pesar de tooooda la locura, hay en el fondo muchos sentimientos verdaderos y lindos que se asocian a estas fechas…. yo en lo personal festejo la ocasión de estar, sentir y decirnos lo mucho que nos queremos… a mí eso me contagia 🙂

  2. Gracias Ale por tan interesante información recopilada y escrita de manera clara y entretenida. Me queda la pregunta. Cual debiera ser la razón de festejo en Navidad de un ateo y un anticapitalista?

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