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El despertador suena a las 6 con 30. Siempre es difícil levantarse un lunes, sin embargo para todos los que vivimos en Santiago, hoy es un día inigualable.

Puedes escuchar una efervescencia en las calles, ver cómo todos sonríen y temen, aguardan el momento de la inauguración, el momento en que nuestros atletas corran, salten y vuelen. En verdad, nadie creía que Santiago y Chile sería posible de hacer algo como esto: los Juegos Olímpicos.

La idea había nacido en el 2022, un año que todo Chile recuerda. Unos les dijeron “la revolución de las regiones”, otros “la primavera chilena”, o los más reaccionarios “la revuelta de la clase media”. Pero no importa, el resultado fue un Chile que se volvía federal, con regiones empoderadas, zonas autónomas, como las de Arica, Punta Arenas, Rapa Nui o el Wallmapu, y en el caso de la capital, la Ciudad Autónoma de Santiago.

La otrora capital monstruo del país, ahora era una metrópolis amable, con un Gobierno de la ciudad que articulaba 50 barrios organizados por Asambleas Ciudadanas, que tenían las funciones de aseo, hornato, justicia vecinal, y la satisfacción de las necesidades de los vecinos a través de iniciativas autónomas. Esto ha permitido en ir construyendo un Santiago que cuidando la diversidad y la libertad, sea menos segregado, con mejores conexiones, con la proliferación de nuevos centros comerciales y económicos, lo que ha posibilitado que a la fecha, esta ciudad sea la mejor para vivir en el mundo ya que como dijo The Economist en marzo de 2032: “permite a las personas alcanzar la felicidad a través de una bella mezcla de igualdad de oportunidades, libertad y auge económico”.

A fines del año 2022  a solo un mes de la fundación de la Ciudad Autónoma de Santiago, la totalidad de los Barrios proponían que “Santiago debe ser la sede mundial de los Juegos Olímpicos”. Rápidamente, a pesar de todos los miedos que nos embargaba, el Gobierno nacional entregaba el apoyo, y las regiones ofrecían a sus equipos para montar lo que sería la campaña. Y a sorpresa mundial, ganamos la nominación.

Todas las instalaciones mezclan maderas nativas, plástico reciclable de múltiples colores y vidrio. Sinuosas, lo que permiten destacar en el ambiente, y abiertas con plazas interiores, pasillos públicos y aberturas. El Centro Olímpico de Cerrillos se conecta con un tranvía al Estadio de Maipú, un tecnológico espacio deportivo alimentado por luz solar y con paredes orgánicas. A partir de ahí, el Metro conecta hasta el Aeropuerto Internacional Pablo Neruda, en sus Terminales 1 y 2, lo que a su vez permite conectar con las líneas de Trenes Lampa/Batuco o conexión Colina, donde se albergan en las tres comunas, interesantes centros habitacionales olímpicos, deportivos y competitivos como el Centro Ecuestre, o de esparcimiento como la Pérgola Violeta Parra, un fascinante centro gastronómico y nocturno.

Este ha sido un año de inauguraciones. Se ha finalizado las líneas 8 y 9 del Metro, terminado de extender la 4B y la tan ansiada línea 1B Express. Además se ha conectado el Tranvía Las Condes-La Dehesa con el Providencia-Ñuñoa, asimismo la consolidación de redes de tranvía en San Bernardo y Puente Alto. Lo mejor son las Ciclovías aéreas que sobrevuela Gran Avenida hasta el Centro, y otra preciosa desde Los Héroes hasta Pajaritos. Fue un éxtasis la inauguración de la Línea Santiago – San Antonio, que producto a una alianza público privada con holdings internacionales permite conectar Talagante, Melipilla y la costa. De ahí a solo minutos está el Centro de Vela Internacional de Algarrobo.

Hace cuatro años que ya funciona el Tren rápido a Viña del Mar, lo que permitirá gozar del Centro Deportivo Joya del Pacífico, de una bella arquitectura flotante en la Bahía de Valparaíso o más hacia el norte, el Estadio Olímpico de Concón que emula a las milenarias dunas.

Santiago ha cambiado. Es recordar cuando comenzábamos el siglo y es increíble la manera que hemos progresado. En este año vamos en el 50% de avance en cubrir la ciudad con tecnología LED en iluminación pública y de generación solar, además de la proliferación de viviendas sustentables y ser la ciudad con mayor índice de reciclaje en América del Sur. En 20 años se han incorporado 6 mil hectáreas de áreas verdes, en parques públicos que han permitido mejorar la calidad de vida de las personas. Si antes nos deslumbrábamos con la Ciudad empresarial, hoy lo hacemos con el Parque Tecnológico de Pudahuel, el Polo Industrial de Colina y el Nodo Innovativo de La Florida.

Hace 20 años, sufríamos la desigualdad territorial, los guetos de poblaciones y la indiferencia de sectores de la población que sólo conocían el trayecto desde su casa al aeropuerto. Nos hemos transformado. Es una ciudad sustentable e inclusiva, ejemplo global de hacer una ciudad que dialoga, que participa en su presente y futuro, además de entender que el progreso y la generación de riqueza son compatibles con ciudades que se transforman en verdes o que refundan los barrios, lugar predilecto donde los vecinos hacen vida comunitaria.

Es hora, de ver cómo llega el mundo a nuestra ciudad, mientras, me quedo con la idea de cómo estaremos pensando el Santiago del 2050. ¿Con qué sueños ahora nos comprometeremos?.

 

 

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3 Comentarios sobre “Santiago 2032

  1. Parece ciencia ficción, pero creo que es posible.
    Lo que debería ocurrir antes, es que el mundo político y sistema económico actual, cambie, se renueve o desaparezca, dando paso a un modelo donde nos pensemos todos como ciudadamos de la tierra viviendo en un sistema interconectado, donde lo mío y lo tuyo se cambie por un nosotros. Así, Posiblemente, con mayor certeza se podrá avanzar.

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