Feng-Smith Aurig, ha publicado un nuevo libro de reflexiones: “Mirar e imaginar la Tierra”, que ya ha sido aplaudido por la crítica y promete ser un éxito de ventas tanto en el planeta Tierra como en la colonias Lunares para este 2173.
Feng-Smith (97 años) conocida por ser la primera filósofa nacida en la colonia Isokan de la Luna, ha resaltado por sus aportes filosóficos en unir la física, la astronomía y los componentes del alma humana. En esta ocasión, se adentra en observar la sociedad terrícola, construyendo aportaciones sorprendentes e innovadoras para entender nuestra especie, como también, comprender las diferencias que nos separan con el planeta de nuestros ancestros.
Moon Herald ha accedido a la autora en la siguiente exclusiva entrevista:
– Se ha afirmado en innumerables ocasiones que la Luna es el futuro, entonces ¿porqué importarle tanto el planeta Tierra y publicar un libro donde se reproduzcan sus reflexiones?
¿Usted se ha preguntado porqué esta colonia, donde nací, me crié y viviré quizás hasta la muerte, se llama Isokan? Usted quizás no ha pensado en eso.
Isokan significa Armonía en el idioma yoruba. Los yoruba fueron un pueblo del oeste de África, continente donde nació el Homo Sapiens. Entonces fíjese usted, la importancia de esto.
Esta colonia, la más antigua de todo el proceso de habitación de la Luna, se impuso un desafío enorme: vivir en Armonía, sí, pero sobre todo, hacer honor al origen de la humanidad, a sus raíces, sus ancestros, su Historia, sus inicios.
Toda especie que habita el Universo, tuvo inicios, procesos de construcción histórica, que crean su cultura, en consecuencia, que generan sociedad.
– Su nombre es conocido por ser la madre de la “cultura Lunar”. Fue la creadora del Instituto de Humanidad Lunar, llegando incluso a polemizar con los humanos de la Tierra…
Soy una crítica de la sociedad terrícola. Lo he dicho siempre y lo seguiré diciendo. Mi libro se centra en armonizar nuestros orígenes y raíces, resaltando lo positivo de la Historia, Antropología y Filosofía , porque sin lugar a dudas, es parte constitutivo de nosotros, los lunares que vivimos acá. Además realizo críticas, no desde un punto de vista destructivo, sino desde una mirada con amor y fraternidad, suponiendo que estas críticas que se hacen desde la lejanía, son maneras de aportar a la sociedad antigua.
El planeta de nuestros orígenes vive problemas horrendos – no imagino otra palabra para graficarlo – y esos problemas que parecen no tener solución, claro que la tienen.
La tierra tiene una sobrepoblación desbordante que ha provocado un agotamiento de los recursos naturales claves, como el agua o el oxígeno limpio. Los glaciares fueron consumidos, lo que ya no significa que vivan una escasez hídrica, sino una sequía global. La tierra es una factoría minera con la existencia del Estado que sostiene una clase de políticos.
– Estado y Políticos, son dos figuras de la tierra que no han existido nunca en las Colonias Lunares, nos gustaría que nos explicara su visión sobre aquello.
El Estado es la organización por el cual definen las instituciones de la autoridad y el poder de la política, mientras que los políticos, son hoy, una clase social y económica especializada en el arte del Estado, su administración, la burocracia y la sustentación de la dominación a la población. La clase política del planeta antiguo es endogámica, se sustenta así misma, posee Escuelas de formación desde la temprana edad de los hijos de los mismos que perviven en el Estado.
Es perverso constatar cómo la inseguridad social y la baja calidad de vida de la población, ha alimentado un sistema totalitario con primacía del Estado, que ellos llaman democracia.
– Usted plantea una tesis innovadora sobre el “fracaso terrícola”, que se escapa de las concepciones economicistas.
Los problemas de la Tierra no son económicos, sino estructurales. La sociedad de ellos, milenaria, por cierto, es piramidal en la forma de entender las relaciones humanas, es normativa, creyendo que hay una “forma del bien”, homogeneizante, bajo la falsa premisa que todo tiende hacia una totalidad común. La primacía del machismo, de religiones que crearon un solo universo sobre la espiritualidad, y la existencia de sistemas educacionales, como verdaderas máquinas de producción de intelectos.
Acá en Isokan, como en todas las Colonias donde se ha formado sociedad lunar existen relaciones horizontales y recíprocas, la gobernanza del espacio desde un concepto circular, y el asentamiento de la diversidad como provocadora del permanente cambio.
– En definitiva qué desea rescatar en su libro de la sociedad del planeta tierra.
Hipatia de Alejandría, una extraordinaria filósofa, nos dijo: “Comprender las cosas que nos rodean es la mejor preparación para comprender las cosas que hay más allá”.
El origen, estimados, el origen. Todo lo que nos rodea, nosotros mismos, provenimos de un origen. Es más, somos origen. Todo origina en el individuo y desemboca en la existencia del diálogo. Gracias a la sociedad terrícola es que el Homo Sapiens salió de África y fundó la sociedad lunar. Es decir, somos una especie que crea el futuro a partir de nuestro pasado.
La conciencia del individuo, que es la expresión material del alma, está conectada al planeta Tierra, porque de allá originamos, y está conectada al Universo porque nuestra especie se proyecta a su descubrimiento.
Este libro, es un llamado a desarrollar nuestra conexión originaria, fomentar el pensamiento crítico reafirmando la circularidad de nuestra sociedad.
Permita que cite una frase, y con esto termino: “Esa esfera celeste que observamos permanentemente desde nuestras Colonias, es un mundo nuevo, enigmático por descubrir. Cuando pensamos conocernos a nosotros mismos, debemos detenernos, porque es una falsa ilusión, como ilusorio es nuestro hábitat. Entonces ¿qué hacemos? No permitirnos pensar que esta sociedad es perfecta, sino por el contrario, volver a la Tierra y transformar nuestras realidades. A partir de ahí, podremos comenzar a despertar.”
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