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Elegí ser mujer porque era mi tiempo de serlo.

Nací mujer con curvas y con labios rojos, con la piel sensible, las piernas frágiles, el cuerpo atento, con sus formas para ser de tantas otras formas…

Crecí mujer con los miedos y las dudas de mujer creciendo, de mujer proceso, de niña mujer. De mi boca salieron palabras, sonrisas, luego besos. De mi piel salieron pecas, lunares, marcas de vida. Decidí tener vergüenza y ahorrar palabras. Y me convertí en silencio admirativo, en mirada tímida, escondida. Y luego en mujer de palabra, en lo concreto, en la mujer acción.

Me hice mujer con preguntas, con corazón de fuego, con azul de cielo. Me hice mujer rebelde, mujer de historias, de amor de amante, de música, de baile, de risas, de llantos. Mujer de estudios, de sabiduría, mujer creyente, mujer de mi propia fe. Me hice también mujer masculina, mujer fuerte, de pensamiento lógico, racional, de sentimientos controlados, de realidad. Pero mujer masculina sigue siendo mujer, porque somos uno solo y la fusión es el universo, el absoluto. El negro, la pausa.

Soy mujer por elección, porque vivo la mujer que existe adentro y porque siento la mujer que sale de mí. Entrego mi mujer al mundo, la comparto a diario, en cada gesto, en cada palabra, soy y estoy mujer en este mundo de energía mujer reprimida, de energía mujer que ahora tiene su turno.

Somos mujeres en tiempo mujer y agradezco a cada una de mis mujeres amigas- madres-hermanas-colegas-compañeras-de vida- que están siendo y están estando aquí y ahora, conmigo, con todos, con todo.

Es ahora tiempo de ser y estar mujer. Nada más. Nada menos.

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7 Comentarios sobre “M

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