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La sociedad ha ido adquiriendo progresivamente una conciencia sobre la discriminación y el daño que les causa a las personas (discriminadoras y discriminadas), así como al conjunto del cuerpo social.

Esta conciencia cada vez más profunda y extendida, no obstante, debe confrontarse con la persistencia de un lenguaje que esconde resabios y conductas abiertamente discriminadoras, amparadas bajo la figura de expresiones folclóricas, coloquiales, “humoradas” y otras denominaciones que no reconocen el sesgo negativo que encierran. Estas expresiones son abiertamente agraviosas y muchas veces condenatorias, basadas en supuestas características propias del sujeto al que se le adjudica, derivadas de prejuicios y asociadas a conductas  que socialmente despreciamos.

Ya sabemos que el lenguaje crea realidades y que sobre ellas actuamos.

Es por ello que debemos reconocer aquellas expresiones que reflejan nuestra atávica condición discriminadora, y conociendo su significado, relevarlas para excluirlas de nuestro vocabulario.

A continuación, una pequeña recolección de expresiones discriminadoras que utilizamos para referirnos a personas, grupos sociales o conductas de individuos y que no son sino demostración que la discriminación existe entre nosotros:

Angustiao: consumidor de pasta base. Se le dice “angustiao” porque  al no ingerir la droga sufre  síndromes de privación que lo hace comportarse de forma ansiosa y desesperada. El consumidor de pasta base está en la parte más baja de la consideración social.

Barza: persona que se le presume sin escrúpulos y que abusa de otros de forma habitual.

Camboyana: mujer de escasos recursos, que además se le presume de conducta sexual liviana o fácil.

Caballo: En las zonas rurales, homosexual.

Camionera: Mujer lesbiana. También se utilizan los términos “camioneta”, “mostazera” y “tortillera”.

Comunacho: persona de izquierda. Se presume, según esta categorización, que cualquiera  con ideas de izquierda adscribe a la ideología marxista leninista según la concibe el Partido Comunista.

Cool: Persona exitosa. El verdaderamente cool no es farandulero y si muy discreto.

Cuma: Flaite, pero además delincuente.

Chano/a: persona ordinaria y de mal gusto, no importando su condición social. También se les denomina pickles.

Chanta: persona presuntamente incapaz o sin las condiciones ni preparación deseada, y que no obstante ello igual obtiene cargos y reconocimientos.

Facho: persona de derecha. Se asume que cualquiera persona de ideología liberal o conservadora de derecha es un fascista.

Flaite: persona, preferentemente joven, que proviene se sectores de escasos recursos y que se caracterizaría por su estilo de ropa exagerado, de mal gusto y que devela falta de armonía y estética burguesa. Las derivadas de esta expresión serían flaiterio, que es un conjunto de personas pobres y flaitongo, que es un ambiente y lugar donde concurren personas flaites.

Fleto: persona de condición homosexual. Reemplaza al término maricón y al más antiguo, aún,  “tereso”.

Lana: persona que utiliza vestimentas artesanales.

Looser: Perdedor. Persona que trata de seducir a mujeres y no le resulta. También se llama así a los que les va mal en la Universidad.

Igualado: Persona aspiracional, que trata de aparentar una condición social que no posee.

Pato malo: cualquiera persona que comete un delito. Se presume que los patos malos son personas pobres, con escasa o pobre educación. A ningún delincuente con buena educación se le llama pato malo (Ej. Los ejecutivos de La Polar)

Pelá: Prostituta. Se aplica, por extensión a cualquier mujer de vida sexual supuestamente libertina o descontrolada.

Pelolais: persona de condición étnica caucásica y del grupo económico ABC1. Su pelo, según esto, sería más claro y lacio, y no negro y más tieso como el de los naturales del país.

Perkin: persona sin carácter, cuya voluntad es controlada por otros. Derivado del lenguaje coa donde el “perking” es el que realiza los servicios menores para los jefes de las bandas carcelarias.

Punga: anterior denominación del flaite.

Mongo: Persona que se le presume tonta.

Troll: Persona muy fea.

Zorrón: típico hombre heterosexual que concurre a discoteques, que cuida de su cuerpo y se acicala excesivamente. Sería un metrosexual pobre.

Este listado es solo una aproximación. Hay muchas otras.

Los chilenos, según los expertos, apenas utilizamos apenas unas 200 palabras para comunicarnos;  de ese escaso vocabulario, muchas de las palabras son como las que mencionamos. Otra exigencia más para nuestra educación, otro eslabón de la discriminación que debemos romper.

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