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El pintor Fantin-Latour y el poeta Baudelaire regresan del entierro de Henri Delacroix. Están tristes por la partida del gran artista que había inmortalizado una época generosa en ideas y combates libertarios en su obra “La libertad guiando al pueblo”. Están apesadumbrados porque fueron pocos los que acompañaron el cortejo funebre. Conversan e idean un homenaje póstumo donde varios del grupo de Batignolles posarán en torno al retrato de Delacroix. Hoy, esa pintura de Fantin Latour está colgada en el Museo d’Orsay y es una de las puertas de entrada al universo de los impresionistas.

Probablemente intuyendo y a la vez creando la trascendencia que tendría el movimiento artístico del que formaba parte, Fantin Latour realizó cuatro pinturas en similar formato y estilo: escenas grupales de pintores, poetas, críticos, escritores, músicos que posaban en sus trajes oscuros, sus corbatas humita, con su aspecto de caballeros elegantes. Ese grupo de artistas compartían no solo una perpectiva del arte y del mundo y las luchas comunes contra las instituciones dominantes, también la pobreza y los pocos francos que los sacaban del hambre: el arte y el desafío del mundo establecido frecuentemente han requerido sacrificios. Más tarde, luego de oponerse consistetemente al sistema oficial de los grandes salones de arte y de organizar sus propias exposiciones grupales, varios de ellos alcanzaron en vida, fama y dinero.

Imagenes Homenaje a Delacroix de Fantin-Latour

Batignolles es el nombre de un barrio de París, donde en los cafés y sus propios talleres se reunían los intelectuales y especialmente el grupo de pintores que más tarde serían conocidos como los impresionistas. En el más famoso de esos cafés, el Guerbois, se juntaban a conversar, entre varios otros, los pintores Manet, Monet, Pissaro, Renoir, Degas, el escritor Zola y el fotógrafo Nadar quien prestaría su estudio para la primera exposición de los impresionistas. Según cuenta la historia, una de las más largas e intensas del deliberaciones del grupo fue sobre el camino a seguir para exponer para las grandes audiencias, pues sus trabajos habían sido rechazados por los críticos académicos del Salón Oficial, que desde el tiempo de Napoleón III era el gran acontecimiento de la vida cultural de parisina. En ese Salón se exponía el trabajo de todos los pintores de París seleccionados por el gran jurado, y eran decenas de miles de ciudadanos los que esperaban con ansias la apertura de la exposición, entre ellos numerosos compradores que financiaban el trabajo de los creadores.

La Gare Saint Lazare - Monet

Para el gran jurado, el estilo de los impresionistas era impuro, con trazos no terminados, con temas escandalosos como la mujer que aparece desnuda en el “Desayuno sobre la hierba”de Manet. El desnudo no era mal visto en la pintura oficial, pero sí el que se tratara una mujer de la alta sociedad la que por la forma en que estaba tirada su ropa en el pasto, parecía habersela sacado en forma apresurada. Los críticos oficiales fueron despiadados con estos pintores que se alejaban de las representaciones “realistas” de la Historia (las preferidas por la Academia) y salían a pintar en espacios abiertos, en talleres de danza, en paisajes de campo los atardeceres y la nieve, a retratar una modernidad y arquitectura de ciudad en constante evolución. Despreciados por el sistema fueron llamados impresionistas, pues sus obras eran  calificadas como”impresiones” no terminadas.

Le Déjeuner sur l'herbe - Manet

Después de 140 años de que el grupo creara la “Sociedad anónima cooperativa de artistas pintores, escultores y grabadores” y que realizaran su primera exposición autónoma, al margen del Salón Oficial, cuesta imaginar el trazo luminoso, libre y amable de los impresionistas como un acto valiente frente al sistema, en el que arriesgaron sus carreras y su susbsistencia; pero luego de observar la evolución de la pintura es difícil encontrar un movimiento que haya realizado una mayor ruptura artística e institucional con el universo que los antecedía y envolvía. Probablemente esas conversaciones que reunían cada viernes durante varios años a ese colectivo de amigos y colegas, fueron determinantes para fortalecer las decisiones personales, profundizar y desarrollar el estilo, acompañarse en la osadía de captar el instante subjetivo y fugaz, la emoción del pintor configurando la tela y un nuevo mundo.

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Sitiocero Cultura

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Alguien comentó sobre “La comunidad de los impresionistas

  1. Buenísimo! Como texto y como lección: una comunidad de artistas libres en su expresión (impresión) desafiando los mandatos de la objetividad.
    Particularmente adoro el trabajo de estos maestros.
    Gracias Mauricio.

    JP

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