Compartir

Así es la imagen. Una explanada de miles de hombres formados como robots, que saludan al líder. Él, parado impertérrito mira al vacío como si quisiera mirar a su gente. Vestido de negro, saludando con parsimonia, entre desdén y paternidad.

En Corea del Norte, existe un Presidente eterno. Se cree que el fundador de la República popular, Kim Il-Sung, permanece aún en los designios del Estado. Sus sucesores, deben interpretar la voluntad del Camarada Líder. La naturaleza, le rinde tributo al gran padre, y un ejemplo de eso es que una grulla de Manchuria voló en círculos sobre la estatua del Presidente eterno, realizó una reverencia y voló de manera majestuosa hacia la capital revolucionaria.

celebracion-pyongyang--644x362
Desfile militar del Ejercito Popular de Corea

Cuando el Camarada Líder tuvo a su primogénito, Kim Jong-Il, en el mismo día del nacimiento, el cielo se iluminó por un destello y el hielo se quebró. Dos arco iris y el nacimiento de una nueva estrella habían anunciado la llegada de su persona al mundo, un día 16 de febrero de 1942 cuando su padre luchaba contra los imperialistas japoneses en el Monte Paektu.

Todos los miembros de la dinastía norcoreana han nacido del cielo. Este concepto proviene de la religión cheondogyo, una religión que adquirió fuerza a principios del siglo XX tomando una serie de conceptos del chamanismo, el taoísmo y el budismo. Postula que la religión debe ser una vía de camino hacia el cielo, dando sostén a la nación y al pueblo en su lucha por la liberación del sufrimiento y a su vez, como consecuencia, la construcción de un paraíso en la tierra. Hoy es la religión más importante del país, organizada y legalizada por el Estado. Tan organizada que esta religión tiene su propio partido, el Partido Chondoísta Chong-u, uno de los tres partidos políticos más importantes del país junto al Partido de los Trabajadores y el Partido Socialdemócrata de Corea.

La Revolución de este país no es estrictamente marxista. Sino que Juche. Una ideología autónoma nacida de un crisol de tradiciones filosóficas antiguas de Corea, que se sustenta bajo la idea de que la revolución le pertenece a las masas y la construye ella misma. Son las masas, que se constituyen como una mente colectiva, voluntariosa, militarizada y profundamente nacionalista, con la finalidad de realizar el sueño del paraíso realizado en la tierra.

"The Munsu Water Park": Moderno y vanguardista parque acuático de la capital del país.
“The Munsu Water Park”: Moderno y vanguardista parque acuático de la capital del país.

En el país de los líderes celestiales, la vida es normal. Las personas juegan bowling, videojuegos, van al  karaoke, en verano pasean en la playa y en el invierno juegan a la nieve. En las festividades socialistas, se frecuenta salones de baile, en el cual se brinda por la gloriosa revolución. Existen piscinas públicas que ayudan a hacer más amigable el calor, y el fútbol es el deporte nacional, que se estimula desde pequeños en las Escuelas.

Pero de Corea del  Norte poco sabemos. Tan poco, que incluso los Diplomáticos que han tenido destinaciones en ese país, declinan realizar cualquier comentario público. Se dice que en Pyongyang hay un paraíso proletario, ya que quienes viven ahí, realmente experimentan privilegios igualitarios. Encuentras grandes edificios con interminables escaleras mecánicas que llegan a gigantescas explanadas televisadas con los discursos del Líder. Gigantescas industrias que reciben a sus trabajadores con arengas de que es un día más para la lucha gloriosa de la revolución de la masa, con concursos, como si fueran de belleza, por quién es el mejor obrero del día.

Hotel Ryugyong: uno de los rascacielos más altos de Asia.
Hotel Ryugyong: uno de los rascacielos más altos de Asia.

Personalmente Corea del Norte me quita el sueño. Me fascina la idea de un paraíso celestial hecho en nuestro mundo. Me inquieta una masa de gente que día a día debe detenerse a aplaudir durante unos militarizados minutos al Líder. Encuentro increíble que las festividades sean de cómo la naturaleza le rinde tributo a una dinastía divina.

Sin embargo, prefiero creer que Corea del Norte es imaginario, que quizás no existe, y es un invento de los medios de comunicación para hacernos creer que existe un antagonista en la pesadilla capitalista que vivimos. Que Corea del Norte es un software en nuestras mentes para manipularnos, para estimular otro sistema de dominación de mente colectiva. Prefiero creer que Corea del Norte no tiene grandes diferencias en un Chile que hace algunas décadas detenía todo para rezar el ángelus, que le rendía tributo a una élite, y que sólo se discutían los temas país que algunos proponían. Que en Chile hay religiones dominantes que son coherentes con la estructura piramidal del país y que le es funcional a ella. Un Chile donde hay bastante monotonía, que la diversidad es una lucha y la originalidad fuera de toda norma.

Quizás nuestra  visión de las cosas es imaginaria y nos falta mirar un poco más allá y preguntarnos ¿Cuál es nuestra realidad? ¿Es Chile un Chile imaginario?

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *