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En la madrugada del sábado 28 de Noviembre, un señor jubilado de 65 años caminaba a su casa, al cruzar la calle Traigén por Ricardo Lyon, se detuvo un auto y bajaron tres hombres que con fuerza tomaron su cabeza y azotaron su rostro contra la banca que está en esa esquina comenzando una golpiza tremenda, patadas y más patadas, dejándolo en el piso sangrando. Mientras lo golpeaban le gritaban “¡Tu vives en Providencia, momio concha´tu madre!”.  El fin fue una agresión, no le robaron nada. Le dejaron fracturada la nariz, posiblemente tendrá que ser sometido a cirugía plástica, con múltiples hematomas en todo el cuerpo y en estado de shock.

Su único error fue cruzarse en la ruta de odio de esos tres hombres que desataron sus frustraciones con un señor de la tercera edad.

¿Qué está pasando? ¿Qué pasa por la cabeza y el alma de una persona que golpea a otro ser humano de esta manera brutal sin conocerlo? Estas preguntas ya me rondaban al enterarme de los hechos del “ajusticiamiento” ciudadano, uno en pleno centro de Santiago y el otro en el centro de Providencia. En este mismo sitio Mauricio Tolosa en su artículo “La venganza de la turba y la ausencia de las instituciones” plantea varias interrogantes sobre estos hechos.

Este señor de 65 años, jubilado, pacifista, allendista y de mirada dulce, aún no puede entender por qué le pegaron de esa manera. Por la mañana, luego de una larga noche en el hospital con lágrimas preguntaba ¿Por qué me hicieron esto si yo no le hago mal a nadie? ¿Por qué a mi si soy tan feliz? La única razón que dieron los agresores que le propinaron los golpes fue un odio extremo porque vivía en un barrio determinado. Las heridas de su cuerpo sanarán pero su corazón albergará para siempre el temor de una golpiza sin razón. Este señor podría ser el papá o el abuelo de cualquiera de nosotros.

Me preocupan todos los adultos mayores que viven en la comuna de Providencia. Me preocupan todas las personas que por vivir en un determinado lugar, edad, condición social o educación sean blanco de ataques de cualquier tipo. Me preocupa el salvajismo en aumento, las personas que entienden las golpizas como acto de su propia justicia de acuerdo a sus creencias (estos hombres consideraban justo pegarle a un “momio”.)

Esto no sale en la prensa. Esto no es noticia… pero ¿cuánta gente más tendrá la mala suerte de cruzarse en esta ruta de la furia y el odio catalogado como momio, comunista, gay o extranjero?

 

Conversemos en twitter @MariluzSoto

 

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5 Comentarios sobre “El salvajismo en la ciudad

  1. estas cosas, creo que responden a la furia , mal encauzada por la gente, se sufre a diario tanta humillacion, atropellos, etc. que la gente y los jovenes explotan de cualquier forma. Esto deberia ser un llamado de atencion a los politicos, porque la gente no tiene ninguna conduccion, faltan lideres , los parlamentarios no sirven para conducir , la gente los elige, y al otro dia los siente lejanos.een las poblaciones por ejemplo se les a dejado a la “udi popular”la “conduccion”, y en el fondo manipulan a la gente,

  2. Señalas que te preocupa el salvajismo en aumento, crees de verdad que aumentó? Crees que aumentó porque pasó en un lugar visible -para la gente que vive de Pza. Italia para arriba-, sin embargo ese ‘salvajismo’ pasa a diario en las poblaciones donde mucha, pero muuucha gente vive, no aparece en las noticias tampoco, pero pasa y de eso se encargan intentando reprimir e imponer control social. Esta triste golpiza no es más que el resultado de una horrible y salvaje injusticia social, donde la pésima distribución de las riquezas genera odio en algunxs, porque las injusticias generan rabia y de ahí al odio es solo un paso pequeño

    1. Las masas de personas “ajusticiando” me parece que son actos de violencia tremenda. Que ataquen a los más débiles me parece una cobardía. No encuentro razón alguna para tratar de justificar hechos de tanto odio.

      1. Mi papá fue a votar por Allende de Temuco a Santiago en auto, un auto grande y bonito aunque un poco viejo pero llamativo. De vuelta venía feliz porque había triunfado la justicia social y teníamos la oportunidad de ser más felices todos. Por ahí por Freire una turba de campesinos y pobladores gritando trato de atacar el auto gritando contra los momios, contra el momio del auto, mi papá quedó perplejo y pensativo respecto a lo que se podía venir. Bueno y lo que vino fue la violencia más extrema. No es culpa ni de la injusticia social ni de la redistribución del ingreso, como lo ven algunos izquierdistas recalcitrantes, es falta de educación que nos permite reflexionar, por eso Allende llamo en esa noche del triunfo a irse tranquilos a la casa,a pensar porque el triunfo popular debía ser sin hacerse eco de provocaciones y tampoco desde una violencia que es siempre irreflexiva, que no hace distinciones, ni mejora nada, ni lo propio ni lo de la comunidad. Y así lo dijo: “Yo les pido que esta manifestación sin precedentes se convierta en la demostración de la conciencia de un pueblo. Ustedes se retirarán a sus casas sin que haya el menor asomo de una provocación y sin dejarse provocar. El pueblo sabe que sus problemas no se solucionan rompiendo vidrios o golpeando un automóvil. Y aquéllos que dijeron que el día de mañana los disturbios iban a caracterizar nuestra victoria, se encontrarán con la conciencia y la responsabilidad de ustedes. Irán a sus trabajos, mañana o el lunes, alegres y cantando; cantando la victoria tan legítimamente alcanzada y cantando al futuro. Con las manos callosas del pueblo, las tiernas manos de la mujer y la sonrisa del niño, haremos posible la gran tarea que sólo un sueño responsable podrá realizar”

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