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En el anterior artículo – “El Futuro que viviremos” – se realizó una proyección de los avances tecnológicos que provocarán un cambio sustantivo de una serie de aspectos del cómo conocemos, cómo vivimos y también, cómo moriremos.

El ser humano tenderá a perpetuar su vida, alargarla lo que más pueda, con tal de establecer parámetros, de lo que yo llamo, la “eternidad momentánea”, que no es otra cosa, que sentirse inmortales, algo así como semidioses de lo transitorio. Por esto mismo, es que la realidad virtual se extenderá. O veremos a decrépitos ancianos de 90 años viviendo en una realidad paralela, insertados en una idílica juventud, o veremos a otros de 90 años, que seguirán alargando su vida con células robóticas, órganos artificiales originados de una impresora 3D, y la solución de sus problemas a través de la clonación de sus órganos, algo que por lo pronto, ya se está logrando.

Sin embargo, aquel artículo fomentó un debate: ¿de qué modo la tecnología es capaz de cambiar nuestra esencia humana? ¿dependeremos de la tecnología? ¿Aquello es bueno? ¿Cómo será la sociedad del mañana?. Pues bien, acá intentaré, no responder estas preguntas y tantos otras que parecen claves, sino del mismo modo – racional, metódico y creativo – realizar una proyección de qué sociedad existirá de acá a 2030 y 2050.

El planeta tendrá que aumentar en un un 70% a un 80% más de alimentos que se producen actualmente, ya que el planeta Tierra vivirá una sobrepoblación que se volverá problemática, además de que los efectos del cambio climático se multiplicarán. A pesar que de que la escasez de agua será solucionado más pronto de lo que pensamos, y se creará un vanguardista sistema de gerenciamiento climático, estos dos procesos, serán costosos y sólo unas pocas naciones podrán financiarlo. Dijimos antes que la cocina molecular se planteará como una solución, no obstante, no todos podrán desarrollar esta tecnología.

Si actualmente hablamos de sociedades desiguales, como así lo afirman las cifras, veremos en el futuro un mundo desigual, con dos tipos de sociedades que se diferenciarán al extremo y tendrán que convivir.

No existirá en un país, pobreza y riqueza, sino que solo países ricos y pobres, o regiones geográficos ricas y pobres. Me explico. Puede que una sola región geográfica sea rica producto a su conectividad e inclusividad a diferencia de otras de la periferia que se verán sumidas en la pobreza. Y como el Estado Nación vivirá su absoluta desintegración, las nuevas configuraciones de supra poder, serán en torno a estas regiones geográficas, y a través de Gobiernos simplicados, descentralizados y con un fuerte componente de enlace corporativo privado. Las fronteras, ya desdibujadas en el presente, serán reconfiguradas, y tal cual usted piensa en países, deberemos acostumbrarnos a un nuevo mapa mundial, y quizás lo más probable es que la palabra “país”, solo será un resabio de una cultura determinada en una geografía específica de la antigüedad.

La aceleración tecnológica es exponencial y fascinante en su multiplicación, pero tiene el el peligro, que si una sociedad no asume el desafío lisa y llanamente será abandonado a la deriva. Todos los componentes de la aceleración tecnológica (nanotecnología, robótica, inteligencia artificial, educación, industria, realidad virtual, etc.) serán los factores determinantes de la economía del futuro, por lo que el actual país que no asuma la tarea, provocará la pobreza y exclusión de su población.

Desde el 2020 en adelante, veremos cómo las élites de cada país emigrarán a los centros geográficos que presenten dinamismo y generación de riqueza, algo que siempre hemos presenciado, pero hacia esos años, será notorio, sin retorno y telúrico en sus consecuencias. De este modo, veremos como las élites se organizarán en nuevas sociedades, ocuparán nuevos espacios, se constituirán en Gobiernos tan democráticos que sus autoridades serán designados por sorteo, con organismos colegiados y horizontales. En el otro extremo, veremos a una gran porción de la población – pobre, vulnerable e ineducada – que funcionará en determinadas áreas: explotación minera y megafactorías agrícolas. Esta población, que no será más que una masiva y gigantesca mano de obra barata, vivirá dentro de estructuras de poder totalitarias y colectivistas aprobadas a través de procesos democráticos y representativas que eligirán a una endogámica clase burocrática que protegerá su excesivo poder.

La élite vivirá en ciudades verticales y en equilibrio con el medioambiente, con una capacidad ociosa que perpetuará impertérrita el dominio de la intelectualidad y la cultura humana, ya que los sistemas robóticos de servicio suplantarán todo lo humano. Sus comodidades y su esperanza de vida serán, para el día de hoy, inimaginables. Los proyectos de ellos, será la cantidad de las misiones semestrales que enviarán a colonizar la Luna por ejemplo.

La población excluida del planeta, vivirá hacinada, silenciada y controlada por mecanismos que irán desde el biopoder hasta la supresión educativa. Ciudades muy parecidas a cómo nosotros vivimos en la actualidad, con una sobreocupación de lo subterráneo y con sistemas tecnológicos que tendrán solo la función de controlar a la ciudadanía. Contaminadas, porque en estos espacios geográficos, la producción energética a través del carbón proliferará por ser la más barata.

Pareciera que los cambios son profundos, pero en verdad, son aparentes. Es sólo una progresión de las actuales condiciones sociales del mundo. Existen países pobres, de ingresos medios y ricos, determinadas en zonas geográficas, y también vemos cómo las élites del mundo se relacionan según intereses económicos más que propiamente nacionales. Así como existe una profundización democrática, en otras partes, vemos como se profundizan el fin de las libertades para suplantarlos por sistemas hegemónicos. Lo que veremos en 20 años más será la profundización de estas asimetrías. Una aceleración tecnológica que lo inundará todo, hasta el extremo, de generar dos sociedades humanas ¿ambas controladas por la euforia de las máquinas?.

 

 

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2 Comentarios sobre “La sociedad del futuro

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