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Mauricio Sanabria tiene apenas 10 años, pero ya lleva 2 años dominando el micrófono. “Al comienzo me costó, pero una profesora detectó mi talento y me motivó a superar la timidez”, dijo en el programa Tribuna, emitido por Paraguay TV, en el que fue invitado para compartir su experiencia. Ahora Mauricio toma micrófono todos los sábados por la radio católica Cáritas de Asunción, donde cuenta la historia de los santos, entre otros bloques de interés de los seguidores de la religión y la cultura. Consulté al precoz locutor si tenía tiempo para jugar,y su respuesta no fue la que esperaba… me espetó al aire, que no se trataba de un pequeño genio que vivía atado a los libros, pues gusta del fútbol, juegos electrónicos, natación… aunque también le gusta la Peleontología y la Zoología. Es que su madre lo motiva a los viajes fantásticos y a soñar, me dijo. Cuando regreso al pasado y me detengo en la misma edad en que Mauricio fue descubierto por su captadora de talentos, recuerdo que mi experiencia no fue fortuita. En aquel tiempo había leído y releído la poesía “A mi madre”, a ser recitada ante el exigente público de la Escuela Dr. Raul Peña de la Colonia Sapucai, Concepción, sin embargo, la emoción de estar ante tanta gente me jugó una mala pasada. Creí que el mundo se acababa y pedí a la tierra que me tragara. En vez de aplausos, recibí la burla de las personas al olvidar el último de los 4 párrafos de la extensa poesía. No me animé a volver a pasar en público, ni siquiera para leer el dictado. El pánico escénico se había apoderado de mi mundo y no pensaba abandonarme muy pronto. Pero, la vida da tantas vueltas, que con el paso del tiempo, terminé abrazando la carrera de comunicación y docencia, donde una de la exigencias es la de hablar en público o simplemente, comunicar. Roger Ayler, experto en oratoria norteamericano, en su libro “Tu eres el mensaje”, insiste en que debemos buscar lo mejor que tenemos y que somos como somos y así debemos presentarnos al público. No todos tenemos un libro de Ayles, y muchos son los que temen a la exposición de pasar al público. La historia de Mauri, me recuerda que necesitamos docentes y personas que nos motiven a encontrar nuestro talento, y en especial, a superar esas barreras comunicacionales que a tanta gente afecta. Hablar en público no es fácil, más aun para los paraguayos y paraguayas, que en muchas ocasiones, se automarginan por ser ñe’e tavy (hablar mal, de poco hablar o por no hablar bien el español, sin embargo, por lo general encontramos a los Arandu Ka’aty (sabios del monte o sabios populares) que sin haber colgado títulos en sus paredes, son brillantes oradores y profundos conocedores de sus temas. Quién dijo que los paraguayos somos koygua? (tímidos). Solo necesitamos una profesora que capte nuestro talento y una madre que nos deje soñar, porque finalmente, la palabra es el elemento clave para el éxito.

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