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Parece que estamos aburridos de ser hombres. Estamos aburridos de esta dualidad un poco bipolar en donde no sabemos qué limites significa ser hombre, ser masculino, teniendo serias dudas de qué espera la sociedad de nosotros. Y claro, qué espera la mujer, nuestras mujeres, de nosotros.

Nos educaron aún con el viejo sistema. Un sistema en el cual el amor se demostraba en la mejor cazuela que podía cocinar la mujer, en que uno podía ir a jugar pool, tomar un par de cervezas viendo un partido de fútbol en alguna fuente de soda, que podías llegar tarde, y total eras tú el hombre de la casa y no valía que te reprocharan algo. Nos enseñaron que uno debe disponer de su trabajo para la economía doméstica. Que a pesar de esas salidas, no proveer adecuadamente es un reproche familiar seguro, y si pasara algo así como perder el trabajo, caen las penas del infierno. Nos convencieron que las infidelidades del hombre son perdonadas – secretamente aceptadas – y que las mujeres no podían tener ni un solo affaire. Incluso vidas paralelas podían caber acá: alguno podía tener una familia en otra ciudad, o a veces, un amante hombre que permanecía durante décadas en alguna casita escondida.

Todo eso, actualmente, se ha deconstruido. A pesar que nos enseñaron el “cómo ser debidamente masculino”, ya no es bien visto y las mujeres – tan empoderadas ahora – han cambiado el orden de las cosas. Ellas, cada día, más y mejor incorporadas al mundo del trabajo, poseen de los medios, no sólo para terminar con relaciones disfuncionales, sino también para emprender solas sus caminos. Mujeres que optan por ser madres sin hombres a su lado, mujeres que desarrollan sus carreras profesionales solteras y libres, o también ellas, las que se niegan a casarse, o ellas, las que tienen parejas simultáneas y quienes deciden cómo vivir sus placeres.

El ser masculino está en crisis. No sabemos cómo actuar ante esto. ¿Como ser hombre sin parecer un niño ya que hoy las mujeres se niegan a ser nuestras madres sustitutas? ¿Como ser hombre ante mujeres exigentes en lo físico y en lo intelectual sin parecer homosexuales o extremadamente cursis? ¿Cómo ser hombres ante un mundo que ya no gira en torno nuestro? Ante un mundo que la mujer se despoja de sus mitos, el ser masculino, el ser “un hombre”, no la estamos asumiendo. O sea, no estamos asumiendo, el cómo ser hombres que acepten a esta nueva mujer, pero construyendo a partir de la destrucción del patriarcado, nuestro nuevo rol, nuestra nueva forma de ser, comportarnos e influir. ¿Cual es nuestro nuevo rol cuando se nos está exigiendo el reparto igualitario de las tareas domésticas, mayor involucramiento sentimental, más transparencia, otro concepto de la fidelidad e infidelidad, el sacrificio del hombre ante los proyectos de nuestras mujeres? Al fin y al cabo, ¿cual es nuestro nuevo rol ante mujeres que nos piden ser adultos? y aún más fuerte ¿como ser hombre ante un mundo que se libera de la dominación y la sumisión que hacíamos a la mujer?.

Reconozcamos. Nos cuesta ser hombres. Nos cuesta ser adultos. Ante miles de años de enseñanza del patriarcado, nadie nos está enseñando como vivir en este mundo igualitario donde debemos comprometernos con nuestras vidas. No podemos seguir escapando de nuestros sentimientos, de nuestros problemas y de nuestra paternidad. Ya no es viable, ni tampoco saludable, esto de esperar que “la mujer de la casa” es quien nos controla, nos vigila, como nuestras madres, y que ahí está “la otra mujer” que nos permite “liberarnos”. Aquello es una actitud infantil. Es vivir apegado al seno de la madre. ¿Como es posible que hayamos construido esta sociedad así, de una manera tan acobardada? ¿O es esta sociedad tan incoherente por el mismo motivo?

Pero les aseguro algo. Nadie nos enseñará. No esperemos que sean nuevamente las mujeres que nos digan cómo ser hombres, cómo ser masculinos. Debemos ser nosotros mismos, quienes seamos fanáticos del empoderamiento de las mujeres, porque aquello, nos da libertad.  Nunca, durante miles de años, hemos sido libres, y hoy, en un tiempo histórico nos están dando la oportunidad. ¿Porque se imaginan un mundo dominado por las mujeres, tiránicas y brutales, que además de ser empoderadas y enteramente libres, nos sigan tratando como niños? Yo no quiero ese mundo. Yo quiero un mundo donde el hombre, el masculino, el varón, el macho, sea más libre que nunca. Que aceptemos el desafío, que nos liberemos de la opresión tanto de la madre perpetua y de la masculinidad hegemónica, y abracemos el concepto de un mundo que reconfigura los conceptos de familia, de soltería, de sexualidad, de genitalidad, de aventura y de compromiso.

Entonces les hago una invitación: debemos organizarnos y crear el Colectivo de los Hombres Igualitarios. Un movimiento ciudadano donde podamos unirnos y podamos formar nuestra nueva cultura a través de talleres, encuentros, charlas y capacitaciones, y activismo. Que dialoguemos, hablemos, y luchemos por nuestra libertad, por nuestra emancipación. Las mujeres, nuestros hijos y también nuestros abuelos, estarán agradecidos. Seamos orgullosos de ser masculinos hoy. Esta es una invitación real, escríbeme y empecemos hoy, para gritar: “Hombres igualitarios del mundo, uníos”.

Escríbeme a: a.fuentescecereu@gmail.com

Imagen: Rostro de Ron Mueck. 

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2 Comentarios sobre “Ser masculino hoy

  1. Gracias Alberto, movilizador es darse cuenta de que hoy la identidad no es un producto acabado, sólido, estable, sino que es más bien un proceso en el que todo cambia y que debe seguir transformándose para dar cuenta de las nuevas formas de ser en sociedad

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