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Los niños y niñas tienen dos grandes formas de aprender:

Primero, conocen, comprenden y piensan de manera holística. El mundo que los rodea lo perciben y lo procesan a través de mecanismos integrales del todo, realizando conclusiones primarias de sí mismo y la relación con su entorno, a través de la comprensión de ese todo de manera progresiva. Un niño y una niña no comprenden de manera segmentada ni menos en asignaturas, le es contra natural: en definitiva, cuando aprecia la naturaleza, indefectiblemente lo relaciona con geometría primaria, con los números, con su lenguaje, y en contexto; lo va a unir con su historia familiar, con lo que ha visto en los medios de comunicación y con lo que le han dicho o le dicen los otros.

Hay una gran cantidad de autores que se refieren a esto; Heath en 1983, Brow, Collins y Duguid en 1989 y ya Lev Vygotsky diría que los niños aprenden haciendo suyas las actividades, hábitos, vocabulario e ideas de los miembros de la comunidad en la que crecen. El aprendizaje es una actividad social que requiere de la participación activa y constructiva del estudiante. Es esta característica holística del aprendizaje la que le permite comprender, relacionar y explicar por sí mismo el mundo de esos niños y niñas. Y lo hacen por sí mismos, perfectamente autónomos. Con respecto a esto, Breuer (1993), y Bereiter (1997), nos señalan que un niño perfectamente podría explicar las Leyes de Newton, pero hoy no lo está haciendo ya que no se les enseña aplicadas a situaciones de la vida cotidiana ni tampoco de manera interrelacionada con su mundo real.

Segundo, los niños y niñas aprenden jugando. Aprender es una tarea compleja desde el punto de vista cognitivo, que requiere de tiempos importantes de práctica para construir experiencias significativas que cambien su estructura neuronal. Ante eso, el juego es fundamental ya que al mismo tiempo que estimula el movimiento y la capacidad motriz del individuo, permite la estimulación de la comunidad, el trabajo en equipo y las actividades colaborativas. Los niños y niñas cuando juegan, crean mundos y realidades, pero también normas y estructuras autónomas, y se lo toman absolutamente en serio. ¿Han visto cómo reacciona la comunidad de niños cuando uno de ellos se escapa de las normas?

Tempranamente Jean Piaget y María Montessori, descubrieron que los niños y niñas a través del juego investigan lo relacionado con su entorno de un manera libre y espontánea. A través de acciones de “hacer sin obligación”, los niños y niñas forman actitudes frente a los otros, los objetos y su medio. Los juegos son el deleite de la libertad humana ante situaciones que se conjugan el azar, las necesidades y las voluntades tanto personales como colectivas.

Entre los 3 y los 6 años, el infante deja su etapa egocéntrica donde se percibe como apartado del mundo, y comienza el proceso de socialización, donde ese todo que antes comenzaba comprender, se da cuenta que ahora es parte de ese todo. Johnson, Johnson y Holubec (1993), resaltan el papel fundamental del juego como mecanismo de fomento de la empatía, la socialización y el carisma. A través del juego cooperativo, los niños abandonan el impulso competitivo, para volcarse de manera voluntaria e interesada en forjar logros de la comunidad de la cual forma.

Sin embargo, la Educación formal, fomenta lo contrario. Fundamentado en crear homogeneidad social, el sistema educacional, ha uniformado, normado y penalizado el actuar de los niños y niñas, con tal de transformarlos en adultos funcionales. En vez de crear espacios modulares de aprendizaje donde se interrelacionan los conocimientos de manera holística, el sistema ha fomentado las asignaturas y ramos, que independientes unos de otros, los evalúa de manera lineal. Contrario al juego, el sistema educacional forja la inmovilidad de los niños, encerrados en una sala de clases, con prohibición de ver por las ventanas, y con un estricto control de sus opiniones. Y como si esto no fuera suficiente, en la Escuela, las horas pedagógicas destinadas al movimiento y la actividad (Deporte, Arte y Música), se han reducido de una manera oprobiosa.

Hoy en la Escuela prima el orden por sobre el bello caos de los niños y niñas. Un orden impuesto por los adultos y su tiranía interrumpida de pensar que el ser humano debe servir al sistema económico y quienes gozan de sus granjerías.

Actualmente, en Chile, estamos en proceso de ese trasatlántico que se llama Reforma Educacional. Pero lo que personalmente me preocupa más aún, es que es una Reforma que hasta la actualidad insiste en su estructura material y financiera (eso es el fin del lucro, la selección y la desmunicipalización), pero aún no entramos al debate de cómo cambiamos el paradigma educacional a uno donde el sistema se adecue a la bella forma de aprender de los niños; lo holístico y su juego. ¿O acaso, es que seguiremos con este sistema de la era industrial, donde solo sea una máquina de moler carne y de creación de autómatas? ¿Persistiremos con la errada Educación?

Foto: Escuela Rural de 1860, Archivo Nacional de la Imagen, Uruguay. 

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4 Comentarios sobre “La errada Educación

  1. Completamente de acuerdo. Eso mismo me he estado preguntado todo este tiempo… Quién ha propuesto cambiar el paradigma o modelo que impera en la educación? Para qué mundo estamos educando a los niños y jóvenes? A qué futuro le estamos estamos colocando las bases? Tienen futuro nuestros niños bajo este desfasado y obsoleto paradigma? Chile apunta al futuro, o las medidas que se toman tienen ese “inmediatismo” que solo busca generar sujetos que “consuman” y sean “consumidos” por el sistema? De veras siento que se no se resuelven los problemas reales de la educación en Chile y nos quedamos con soluciones vagas, que apuntan al borde del problema y no al centro mismo.

  2. Uff completamente de acuerdo. Es bueno SitioCero. En todo caso, la educación ideal, no va de la mano con el sistema que tienen que enfrentar después. Lamentablemente contra eso es lo único que podemos hacer es preparar y fomentar en casa todo lo que la educación “tradicional” no entrega. Herramientas emocionales, conductuales y el gusto por aprender, el valorar el conocimiento como colchón de un mundo exigente, dónde sólo ellos con sus herramientas y conocimientos podrán intentar ser felices…. (que finalmente, es la única razón que nos mantiene vivos).

  3. Me parece muy buena reflexion, realmente nuestros niños no se motivan con la metodologia que se esta ocupando en los colegios y lo peor no hay planes de trabajo con los niños segun sus habilidades, entonces trabajan con los niños en serie. Claramente si queremos mejorar la metodologia de la enseñanza debe cambiar.

  4. Entiendo que es importante adquirir conocimientos sobre lo práctico y lógico, pero no es menos importante aprender desde la lógica de un niñ@. Sin embargo, es mucho más eficaz entender la perspectiva de los estudiantes, no bajo esa lección aprendida que se centra en mirar un pizarrón y escribir lo que reproduce un maestro desde su escritorio…Aprender es entender y comprender lo que pasa y la razón de por qué pasan las cosas, desde una visión más empática frente a las incuantificables cuestionamientos que tienen en sus mentes.
    Agradezco las palabras, las reflexiones y espacios como este. Quizás el poder entender que la educación va más allá que una estructura inerte, lograr esto permitirá abrir los ojos a una educación que está mal planteada y tener la capacidad de modificar lo que hay actualmente. ¿Cómo lograrlo? Tener en cuenta las necesidades de los que aprenden y generar en ellos la inquietud y el derecho a cuestionar lo que ante su lógica esta fuera de lugar….

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