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Terminó septiembre, un mes caracterizado por profundos debates y  contradicciones de Chile. Un mes donde se entremezclan celebraciones alegres y otras jornadas de recuerdos dolorosos para unos y festivos para otros.

Septiembre es complejo y difícil. Es el mes de la patria.

La Patria. Ese concepto nos atrapa, pero no nos define. Para algunos la Patria es una realidad concreta y la grafican en una cierta identidad nacional, la bandera, el himno nacional, unas proezas militares, la historia.

Para otros, la Patria es una construcción ideológicamente conservadora, que pretende ensalzar una visión de la historia basada en una verdad oficial, que oculta crímenes, traiciones, abusos, opresión. La Patria como expresión del stato quo.

La idea de patria, y de patriotismo, supone esencialmente definirse en relación con otros. En nuestro caso, con quienes nos rodean, con una relación que ha sido traumática, compleja, conflictiva, nunca bien resuelta.

Es innegable que con nuestros vecinos tenemos más cosas en común que lo que queremos reconocer.

En ese contexto, el sentido de la Patria se diluye, se vuelve complejo tratar de señalar cuales son los elementos distintivos  que caracterizan a Chile como Patria de los chilenos, más en tiempos donde la identidad nacional aquí y en el resto del mundo, está siendo diluida por la globalización. Así la Patria se reduce a un conjunto bastante pobre y superfluo de símbolos, que apelan más bien a un chauvinismo ramplón, burdo y agresivo.

Al final, para volver a definir la Patria se debe volver a lo pequeño, al inicio de todo.

En mi caso particular, cuando hablo de Patria, mi mente y mis afectos  vuelven a Los Choros.

Celebración de1 18 de septiembre en Los Choros

Los Choros es un pequeño pueblo de la comuna de La Higuera, Provincia de Elqui que se llama San José de Los Choros, conocido también como Los Choros Bajos.

Está ubicado en el límite de las regiones de Coquimbo y Atacama, casi en la línea costera y es un oasis de huertos de olivos con casi 200 habitantes que residen allí permanentemente.

Son unas 50  casas, una iglesia, una escuela, varios comercios, dos centros culturales, una plaza, 6 calles, dos cementerios, una posta, un club deportivo, una sede vecinal y muchas historias.

En el nuevo cementerio de Los Choros están las tumbas de mis cuatro abuelos, todas muy cerca entre ellas. Recorriendo entre esas tumbas he encontrado a mis bisabuelos, tatarabuelos, tíos, primos, y a casi todos mis parientes fallecidos. Anotando sus nombres, las fechas de sus nacimientos y muertes, he podido llegar hasta inicios del siglo XIX en mi genealogía familiar.

En la Iglesia de Los Choros, dedicada a San José, se casaron mis padres, se bautizaron la mayoría de mis hermanos, sobrinos, tíos y primos y allí se realizaron las exequias de casi todos mis seres queridos. Es una Iglesia de adobe, con una torre de madera que conserva unas campanas del siglo XVIII que varios Arzobispos de La Serena han tratado de llevarse pero que la comunidad lo ha impedido. La Iglesia está pintada de celeste y blanco y es el centro del pueblo, ubicada a un costado de una pequeña, modesta y hermosa plaza.

Iglesia San José

Para mí Los Choros es paz, descanso, ausencia de prisa, es volver a la infancia y escuchar relatos de penaduras, fantasmas, apariciones. Es sentir el Chonchón sobre tu cabeza en una noche oscura.

Los Choros es escuchar el relato sobre cómo los náufragos del Itata llegaron al pueblo luego de caminar horas desde las cercanías de Punta Choros en 1922 y cómo se organizó el rescate de los sobrevivientes en medio de cientos de vacas muertas que flotaban cerca de las playas.

Los Choros es recordar cómo tu abuela te contaba como en 1922 sintió como el mar se salía y ella debió arrancar de un maremoto con dos hijos en medio de la oscuridad y que uno de esos hijos era tu padre.

Los Choros es volver a la infancia y perderse entre los huertos de olivo. Es escuchar a tu abuelo levantarse a las cinco de la mañana a regar los campos y saber que un hermano partía a las 8 de la mañana a dejarle su desayuno.

Los Choros es saber que en la infancia tu abuela te hacía pastel de choclo y que era tan delicioso que sólo querías comer eso.

Los Choros es saltar sobre pircas, ver como tus primos corren a pie descalzo y no les pasa nada y que tratas de imitarlos y no puedes porque te duelen las plantas de los pies.

Los Choros es pasar tardes enteras sentado bajo un árbol no haciendo nada, sintiendo solo el viento, el cantar de los pájaros y las risas  lejanas de tus primos, hermanos y sobrinos jugando en un estanque de agua.

Guanacos en el sector Morrillos de Los Choros

Los Choros es caminar por los llanos circundantes, hasta cansarte y no saber dónde estás, sin más compañía que lagartos, tábanos y otros insectos. Es encontrarte con guanacos  cerca de las quebradas, en el verano cuando se han agotado las fuentes de agua y bajan a beber cerca del poblado.

Los Choros es gozar de los colores de  las flores que surgen en la primavera cuando llueve en el invierno. En esa clase magnífica de biología conoces a añañucas, patas de guanacos, azulillos y muchas más.

Los Choros son las majadas que visitaste cuando niño y que aún existen y donde se hace queso de cabra.

Los Choros es saber que tienes primos pescadores, parientes pirquineros y cabreros, hermanos que trabajan la tierra.

Los Choros es salir a caminar en las noches y asombrarte de las estrellas que parece que se van a caer sobre ti y descubrir la perfecta orientación de la Cruz del Sur.

Los Choros es quedarte dormido en las noches  sintiendo el rumor de las olas y estar en paz.

Los Choros es volver a sentirte parte de una comunidad, donde saludas a todos, y que  sabes que los tuyos serán cuidados por todos, en que nadie es abandonado. Confiar en que los niños pueden andar tranquilos.

Cuando pienso en Los Choros creo que allí está mi patria.

 

*Fotografìas gentileza de Francisco Fredes y Tania Chávez

 

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2 Comentarios sobre “El sentido de la Patria

  1. Quizás el término “patria” confunde un poco, puesto que se basa en el padre, en asuntos más formales y simbólicos. Tu has descrito una Hermosa “matria” es la tierra maternal, las raíces de la familia, lo cálido, las tradiciones, los cuentos, la infancia. No conozco Los Choros, pero gracias a tu relato y fotos ahora tengo una imagen de este pueblito, ahora lo siento más como parte de mi patria o quizás de mi matria, tal vez la mezcla de ambos.

  2. Mientras leía se me hizo un nudo en garganta,me emocionaron tus palabras,,,que reflejan lo que deben sentir muchos de los que hemos nacido en esa hermosa tierra,,,gracias.

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