Compartir

La búsqueda de la verdad- sea la verdad subjetiva de conocimiento, la objetiva de la realidad, o la social del dinero y del poder-acarrea siempre consigo, si en ella se empeña quien merece recompensa, el conocimiento último de su inexistencia. La fortuna grande de la vida se la ganan únicamente los  que la compraron por casualidad.
El arte tiene valor porque nos saca de aquí.
(Fernando Pessoa, libro des desasosiego)

Terror
Terror en el Líbano, en Paris, en una pampa de Aysén donde mi querido amigo y confidente se desangra victima de la irracionalidad de un arma disparada al cuerpo.
¿Cuándo es racional un arma?
Terror de silencio y de muerte
De sangre de vísceras y desamparo
Terror en español, en francés , terror en árabe, en Mapudungun.

Impotencia de manos débiles que no alcanzan a frenar el disparo,  la bala, la bomba
Este desalojo  del cuerpo, del alma de la sociedad que ya no tiene a que aferrase.
Terror de mañanas frías y soledad,
Terror de silencios y desamparos.
La tristeza de la muerte de la cordura.
Tristeza de las víctimas , de mañanas solitarias y  desesperanza,

Lagrimas , demasiadas lagrimas para una sola vida.
Silencio de palabras  que nunca más serán dichas.
Mujer, niño, niña, abuela madre, hija , hijo, hermano, tío sobrino, sobrina,  nieta, nieto, amigo que infructuosamente,  pide  razones sin respuesta.
Absurdos que  son y no son de la vida cotidiana,  la parálisis del espanto y la congoja.

El dolor lacerante de constatar cada mañana al abrir los ojos, que el  no volverá nunca mas a golpear nuestra puerta, que olvidaremos de a poco su olor, su tono de voz, su sonrisa y sin embargo a pesar del olvido de estas formas, el seguirá viviendo en nosotros y ese dolor que se instala tan dentro del cuerpo y del alma seguirá vivo, sedado a veces, despertará como una bestia hambrienta cuando menos  lo espere.

Aprenderé a vivir con el dolor de la pérdida y no sabré que hacer con  mi rabia, mi impotencia, mi desamparo.
Seré muchas veces, víctima de esta espantosa  sed de venganza ,  contra el que vive también su propia tragedia.
Encontraré el muro del silencio en una sociedad que no quiere ser paraíso, que ha entrado en el espiral sin fin de la violencia criminal.
Me refugio

Busco con desesperación un escondite para curar mis heridas y permanecer en silencio, protegida del mundo con mi mas intensa pena.
Busco respuesta a la muerte incomprensible que desconsuela
Me pregunto , le pregunto a Dios, pregunto al aire y sé que  habrá  una sola respuesta :

Seguir viviendo.

Compartir

Alguien comentó sobre “Terror lacerante, dolor

  1. Seguir viviendo, ni modo…
    Que otro camino es posible si vemos en todas las direcciones, que el hombre se desangra, se muere no porque lo decida, se muere porque otros hombres han decidido asesinarlo, hasta cuando, hasta cuando me preguntó…sus familiares estarán llorando su partida de manos criminales, y de seguro muchos, ya no se preguntaran hasta cuando, hasta cuando??. Sus preguntas deben ser de un realismo jamás pensado, desde el dolor y la incomprensión de aquel crimen, sus preguntas realistas estarán buscando un responsable a quien vengar, estarán tratando de explicar lo inexplicable, una bala, una bala criminal se llevó la vida de su hijo, de su padre, de su hernana, hasta cuando, hasta cuando…
    Suman miles y miles de víctimas asesinadas injustamente, porque alguien con poder lo diseña y Mo ordena, hoy en Siria, ayer en París, hace unos días en México, hace un tiempo en Chile, son hombres y mujeres mártires de tanta locura humana, hasta cuando, hasta cuando?
    Soy hombre, soy hijo, soy hermano, soy Padre, soy amigo…y no puedo dejar de sentir el dolor de todos aquellos hijos e hijas de la tierra, que han sido asesinados y de manera solidaria acompañar a sus familias, sus seres queridos que no se preguntaran hasta cuando, sino que se preguntaran cosas más concretas para que no vuelva a ocurrir crímenes religiosos, crímenes políticos, crímenes de lesa humanidad

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *