El mundo se asombra con las imágenes de Omram, el niño sirio, rescatado de la barbarie y la violencia de una guerra. No es el único caso, lo sabemos. Según la ONG Save the Children, solo la última semana en las áreas sitiadas en Siria, fueron atacadas seis escuelas provocando la muerte de niños y profesores. No es justa la muerte de un niño. No es justo que un pequeño como Aylan sea encontrado muerto en las costas turcas, luego de naufragar la embarcación donde su familia huía de la violencia. En Italia, Lampedusa recibe a los sobrevivientes de los naufragios que provienen de África, impulsados también por la violencia política y el hambre.
Producto de la crisis migratoria, organizaciones como Save the Children, Médicos sin Fronteras y ACNUR, han denunciado a comienzos de este año, la desaparición de cerca de 10.000 niños que ingresaron solos a Europa, según los registros. ¿Dónde están los niños? Muchos de ellos apenas sabían sus propios nombres.
En Chile no lo hemos hecho mejor con nuestros niños. Pendientes las investigaciones en el SENAME tal vez nunca se aclaren las muertes incontables, lo digo por la falta de precisión en la información. Es parte de nuestra historia, la historia de los pobres, multiplicados, invisibilizados. Pero existen y ahora tienen otros colores, vienen huyendo con sus padres de la violencia. Los recibimos, pero ¿Les ofrecemos seguridad?
Creo que el mundo debe cambiar para merecer el dolor del parto de un hijo. ¿No existe en el mundo un lugar seguro para un niño o una niña? ¿Dónde están los ángeles de la guarda? ¿Se los comió Trump? ¿Los interceptó Putin?
La crueldad humana de los adultos no tiene límites. Niños que merecían una vida más larga y feliz. Desastres de guerra y cultura de la muerte.
Lo triste en el caso de los niños y niñas de Sename es que llegaro alli por una situacion particular que los llevó a tener esa unica salida. Y esa unica salida a algunos les significó la muerte, a otros el pasaje a centros de reclusion. Como sociedad no nos hemos hecho cargo. Los niños se institucionalizan a muy temprana edad cooperando con el sistema economico que obliga a sus madres y padres a trabajar 10 o mas hrs cada dia para comprar cosas. Todo disfrazado bajo la idea del progreso, el empoderamiento de la mujer, etc.