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Con el tiempo, la mayoría de nosotros valoraremos, los ajustes o cambios estructurales que se han realizado en este gobierno, respecto a la Educación Pública: Educación Parvularia; Inclusión; Gratuidad y Fin al lucro; Sistema de Desarrollo Profesional Docente; Nueva Educación Pública; creación de Universidades y Centros Formación Técnica Estatales y camino a una nueva Ley de Educación superior. En otras palabras, se han creado las condiciones necesarias para abordar la Reforma Educacional pendiente: la reforma curricular.

El impacto de las nuevas Tecnologías en la información y comunicación en estos últimos 25 años; el avance de los descubrimientos de la neurociencias o la develación del cerebro que aprende ; la mundialización y el acercamiento del mundo, a nuestro mundo cotidiano; la emocionalidad como sustento vital del aprendizaje y el ejercicio físico sistemático, así como la música y las otras expresiones artísticas, nos obligan a concebir un nuevo paradigma curricular centrado en el aprendizaje autónomo y colaborativo.

La escuela primaria, secundaria y terciaria, no debe seguir implementando un curriculum basado en la memorización bulímica de contenidos (“ tragar, tragar y tragar , para luego vomitar y después  olvidar”). No debemos permitir, en las aulas, el desarrollo del modelo conductista, focalizado en el enseñar y menos, en el uso de “señales de humo” (Es posible que se usen las TICS, pero su uso es tradicional) para responder al cambio permanente en el mundo tecnológico.

Una Reforma Curricular, para este país,  nos debiera llevar a la reflexión, no solo de los Planes y Programas o contenidos concebidos y medidos y controlados centralizadamente; sino debemos de ser capaces de diseñar un curriculum básico, común y nacional, de un 40 a 50 %, y desde las regiones, diseñados el otro porcentaje. Es fundamental que este nuevo enfoque, este imaginado desde el aprender, (Aprender a aprender; aprender a desaprender; aprender a ser; etc.) en donde los estudiantes individual y colaborativamente, cumplan un rol protagónico en la construcción de sus aprendizajes y los docentes sean sus motivadores y facilitadores. Una escuela comprometida con su entorno, con su comuna, con su región y con su país.

Debemos de cuestionar la educación actual: ¿Cuánto hay de Científica? ¿Cuánto de Humanista? y la Educación Técnico Profesional, ¿debe seguir siendo un paliativo social, para aquellos que pertenecen a los sectores vulnerables?

En pocas palabras, la vida es para ser feliz. La escuela debe construir el nuevo paradigma mirando hacia la felicidad. Es decir, el aprendizaje debe estar cimentado en los gustos, deseos, intereses, habilidades y talentos de los aprendices.

Por último, la Reforma Curricular se debe ingeniar desde los niños y niñas de HOY.

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Alguien comentó sobre “La Reforma Educacional pendiente: una escuela mirando hacia la felicidad

  1. Dos puntos claves: felicidad y realidad. En todos los trabajos hay frustraciones, desafíos y disciplina. No puede educarse solo para un mundo plácido y feliz, aunque sí para seguir vocaciones y mejorar la calidad de vida, que son herramientas para la felicidad.

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