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Tengo el trabajo más importante del mundo y es por vocación. La mayoría de las personas ve en mi delantal el sinónimo de cuidadora de niños, de niñera, de paseadora o de entretenedora.

Y sí. Puedo cuidar a los niños, los cuido, los paseo, los entretengo si es necesario. Lo hago porque es parte de mi trabajo, mi vocación.

Asimismo, a veces soy enfermera, psicóloga. Puedo ser también constructora. Construyo a los hombres y mujeres del mañana. Pero la sociedad no otorga a la edad temprana su justo valor. Nadie repara en que en los primeros años se especializan las redes neuronales y que lo más importante es la primera capa, la estructura básica. Ahí estoy, abrazando, conteniendo, dando confianza, apego, sensaciones gratas. Todo para que esa estructura básica sea fuerte pues sobre ella posteriormente se instalarán las siguientes capas, de saberes, conocimiento, reflexión, las imágenes, la creatividad y la producción intelectual humana.

Yo, la del delantal. Nosotras, las del delantal estamos al lado de los niños en sus edades de mayor relevancia, construyendo las bases de los hombres y mujeres del futuro. Estamos en la etapa de mayor trascendencia de la sociedad humana. Y lo hacemos por vocación.

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4 Comentarios sobre “Más que un delantal. Trabajo y vocación en educación parvularia

  1. Las “tías” son claves en el desarrollo de la infancia. Un abrazos para ti y todas las que representas. Has dado en un punto doloroso, la poca aceptación social y respetos a las “profesoras de delantal”. En las sociedades exitistas y en los mundos muy feministas, se tiende a minimizar la labor de educadora de párvulos.

    1. Un ejemplo lo podríamos encontrar en la construcción de un edificio. Lo más importante es fundar, los pilares, el buen fierro, la piedra. SI ahorramos en los materiales o bajamos la calidad, el edificio no soportará presiones o movimientos.
      En la etapa de la confianza y el apego tenemos que asegurar con amor, afecto, abrazos.

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