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La discusión de si se deben bajar las horas de trabajo de 45 a 40, medida planteada hace algún tiempo por la diputada Vallejo, es bastante interesante: resulta casi imposible comprobar, por una parte, que esas cinco horas pueden mermar la productividad de un trabajador, y por otro, que no pueden mermarla. Sin embargo es una discusión válida y necesaria para sopesar calidad de vida y deberes de un ciudadano.

Ya que estamos en esa discusión, quisiera seguir en esa misma línea y sugerir que la calidad de vida pasa más bien por lo cualitativo que cuantitativo, es decir, por la manera en que administramos esas horas, y por el estilo de vida que llevamos. ¿Cómo se relaciona esto con la salud?

A diferencia de la educación y el sistema de pensiones, al tema de la salud le ha costado posicionarse en los medios, por causas sobre las cuales podríamos especular, nunca con suficiente certeza. Lo que sí tenemos claro, supongo, es que todos coincidimos en que la salud es un derecho inalienable. Sin embargo, me gustaría plantear lo siguiente ¿Cómo opera ese derecho? Por lo general, cuando se discute acerca de la salud como derecho, usualmente este derecho se manifiesta bajo la forma de la atención médica y el acceso a los medicamentos, lo que me parece justo, pero imagino que se está pasando por alto el paradigma de la salud como algo más preventivo que curativo, como un estilo de vida y no un remedial.  El derecho a tener una buena salud no solo pasa por la atención y los remedios, sino también por que nos garanticen una ciudad con aire limpio, alimentación saludable y las condiciones mínimas para no necesitar tratamientos (Enfatizo en las condiciones mínimas, ya que si las aprovechamos o no será responsabilidad de cada ciudadano).

Bajo esta lógica ¿El derecho a la salud no debería velar no solo por la atención médica y los medicamentos, sino también por garantizar un estilo de vida en el que se deba recurrir lo menos posible a la atención médica? Un trabajo que promueve una vida sedentaria y poco tiempo para ejercitarse ¿Estaría de alguna forma vulnerando el derecho a la salud de las personas? Personalmente me cuesta dar una respuesta, porque no creo que sea posible culpar solo al empleador de los hábitos de vida de una persona, pero creo que vale la pena plantear la interrogante.

Pero supongamos por un momento que la respuesta a la pregunta es afirmativa. Supongamos que el empleador – Estado mediante-  debe garantizar el derecho a la salud más allá de la posibilidad de recibir un tratamiento. Partamos por la idea de que es responsabilidad de cada uno tener un estilo de vida saludable, pero no sería del todo descabellado que las empresas o lugares de trabajo proporcionen las condiciones mínimas para dicho estilo de vida, sin pasar a llevar las libertades personales. Ciertamente el trabajador promedio que viaja hora y media para volver a su hogar y debe ocuparse de la casa y la familia, no tiene tiempo ni ganas de ejercitarse una hora al día o alimentarse adecuadamente, y es del todo comprensible. Pero si asumimos que tener una hora para almorzar es un derecho incuestionable para un trabajador, no creo que sea muy inverosímil pensar que también es un derecho tener una hora al día, o quizás tres a la semana, para  tener actividad física. Un trabajador puede usar ratos libres o tardes para trotar, ir a la piscina o al gimnasio, pero estoy consciente de que esa no es la realidad de la mayoría de los chilenos, por eso creo que no sería una mala idea designar unas horas para que el trabajador promedio se ejercite.

ejSí, suena raro lo que planteo, cuesta imaginar que los empleadores dispongan de salas de entrenamiento o mini canchas para sus trabajadores, pero si ya es considerado un derecho en muchas empresas tener guarderías y salas cunas ¿Por qué esto otro no? La salud física es importante, y tenemos que enfocarnos en prevenir más que en tratar. Podemos retroceder más en el tiempo e invocar La Ley de la Silla, que ahora nos parecerá algo obvio, pero no siempre fue así.

Muchos me pueden decir que la empresa no tiene por qué brindar esas horas, y quizá tengan razón, sin embargo, si asumimos que la salud es un derecho y al mismo tiempo que esta debe comenzar a abordarse desde lo preventivo y no solo lo curativo, la idea tiene algo de coherencia. Quizá debe ser pulida y mejorada por expertos en el tema, pues yo no lo soy. También está el tema de la libertad personal del trabajador. No es posible obligar a la persona a dedicar esas horas a ejercitarse, y si quiere hacer uso de ese derecho o prefiere gastar en atención médica, ya es cosa suya, pero al menos el derecho está y el Estado y el empleador lo están respetando y brindando las facilidades. Y aunque a muchos no les guste la idea, dedicar este tiempo a la actividad física puede a la larga ayudar a que el trabajador tenga un mejor estado físico, mejor rendimiento, y no tenga que preocuparse tanto por ir al doctor y hasta gastaría menos dinero.

Si la responsabilidad no es del empleador pero sí del Estado, junto con hospitales públicos también debería gestionarse la creación de más espacios públicos como gimnasios, canchas o hasta lugares sin cemento para correr sin dañarse las piernas, totalmente gratuitas. Alguien me podría decir que el Estado no tiene por qué regalar esas cosas, pero si volvemos al paradigma de la salud como un derecho, tiene más sentido del que uno supone. Sobre todo si pensamos en la salud no como el derecho a visitar un hospital, sino como el derecho a no visitarlo (O hacerlo lo menos posible).

Es solo una idea loca, y estoy consciente de que debe tener bastantes fallos. Pero quizá valga la pena seguir discutiendo al respecto, porque quizá el tema no es tener cinco horas más o menos de trabajo, sino revisar en qué podemos invertirlas. Quizá esas horas pueden aprovecharse en algo que mejoraría la salud y calidad de vida de los chilenos, sin por ello afectar su vida personal y el tiempo que se pasa con la familia. Creo que es algo sobre lo que se debe discutir, por eso mi intención es solo plantear esta idea, incluso para que me la derriben con mejores argumentos.

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Alguien comentó sobre “La salud como un derecho ¿Curativa o preventiva?

  1. Hay empresas grandes que tienen gimnasio y comedores. No son muy comunes porque funciona en grandes empresas y no en la mayoría que son medianas y pequeñas compañías con pocos trabajadores y poco espacio. Hoy, en algunas empresas en USA (no sé en Chile) los empleados negocian su horario entran más tarde o entran mas temprano en diversos días para lograr salir antes. En Alemania se sale temprano los viernes, en general. Aquellas profesiones que se basan en el computador más que en la presencia física, dan un día a la semana para trabajar en la casa. Es el momento en que se dispone de más libertad. Otros, tienen convenios con gimnasios o clubes cercanos. La tecnología ayuda a manejar el horario, pero requiere disciplina para aprovechar el tiempo.

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