Compartir

No es otro paro señores. Es el movimiento de las mujeres. Mujeres que estamos cansadas del ninguneo. Cansadas de la cosificación, del trato  como muñecas. Cansadas  de que se dicten leyes y no se cumplan. Cansadas de que nos usen para otorgar mano de obra de bajo costo al país. Sin agenda seria de educación para la vida. ¿Aborto en tres causales? Y la objeción de conciencia que se cruza. ¿Y nuestros derechos? Estamos  cansadas de los planes de las Isapres que nos cobran más solo porque somos mujeres. Nos castigan si no queremos tener hijos y nos castigan también si queremos tenerlos. ¿No se han dado cuenta?

Estamos cansadas de la sociedad machista y desigual. Que nos paga menos y nos exige más. Y si jubilamos, nos miran la cara, diciendo que nosotras somos culpables por trabajar poco y no ahorrar. Y nosotras miramos  hacia atrás pensando en qué nos equivocamos si nos pasamos la vida fregando en la casa después del trabajo,  ayudando en las tareas a los hijos, participando en el centro de padres, tratando de ser atractiva para el marido ¿En que nos equivocamos?

Vivimos violencia sexual  al interior de las familias y en las escuelas y colegios. Algunos padres se hacen cómplices de los abusadores y no denuncian. Las mujeres crecemos pensando que no importa a nadie lo que sentimos. ¿Dónde están los que debieron proteger a Lisette? ¿Dónde están los cuidadores de Sofía? ¿Dónde están? ¿Y los responsables de cuidar a Ámbar? Creo que si es cierto. Las mujeres no les importamos a la sociedad, excepto por lo que puedan conseguir de nosotras. Y con un discurso hábil nos tratan de convencer que somos capaces de trabajar y llevar la casa. Que no hay desarrollo si no trabajamos. Para eso, el estado provee de salas cunas y jardines infantiles. Y creemos que estamos aportando a la familia, que somos uno de los pilares de la sociedad comenzando por nuestro hogar. Cuando  muchas pasan as de ocho horas fuera de casa, arriba de buses o del metro donde nuevamente viven acoso y abusos. Todo sea por desarrollarse y realizarse como mujeres. Estamos cansadas de ese discurso. Las familias se desintegran. Solo hay uno que se fortalece. Solo uno se enriquece. Y no somos nosotros, los  que no tenemos ni acciones de agua ni de farmacéuticas.

Nosotras estamos en paro. Nos tomaremos todo el tiempo que sea necesario. Estamos diciendo basta de abusos. De decidir por nosotras, por nuestras hijas. ¿Qué es eso de vacunar contra el virus del papiloma humano  a nuestras niñas de nueve años? Si les preocupa la salud ¿Porque no mejoran la calidad del agua o restringen la contaminación del aire?

Estamos cansadas de que nos miren el cuerpo, cualquier parte. Estamos cansadas de las modelos rubias y flacas si la mayoría somos morenas y redondas. ¿De qué creativos hablan las agencias de publicidad? Basta. Somos mayoría, pero ¿Dónde están nuestras voces? Poco a poco van surgiendo. Y seremos muchas interlocutoras. Muchas  hasta ahora silenciadas.

Compartir

Alguien comentó sobre “El paro de las mujeres

  1. Excelente Veronica! Somos más de la mitad de la humanidad y todavía son acalladas nuestras voces, invisibilizadas y desvalorizados nuestros quehaceres y aportes, especialmente como cuidadoras y sostenedoras de la vida. Cuidar es trabajar!
    Respeto y valoración de nuestras vidas y diversidades, igualdad de derechos en lo laboral, económico, político, social…Las sociedades las construimos tod@s.

Responder a Gloria Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *