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Nunca me imaginé que la vida era ir de isla tras isla. Alguien muy bien inteligente e interesado ha hecho de nuestras vidas sean archipiélago.

Hemos compartimentado nuestras vidas hasta concebir que tener confianza en el otro u otra, no es rentable. Mis intereses están en un cajón y los tuyos y los vuestros en otros cajones. Somos un mueble funcional al tipo de sociedad que tenemos

Solo cuando marchamos, con otros y otras, en una calle cualquiera, nos damos cuenta de que la vida no es así. Más, solo, en general, nos ha servido para desahogarnos. Y todavía, no ha tenido la fuerza necesaria y permanente para cambiar las cosas, sustantiva y sistemáticamente. Por ejemplo: Después de la Gran Marcha, del movimiento feminista chileno, se debería llevar a cabo, el compromiso y conjunto de acciones para darle al currículum de la Educación, Parvularia, Básica y Media, y Superior, un ENFOQUE de GENERO, desde lo biopsicosocial, la historia, las artes, el deporte y hasta la piel de la mujer.

Considerando que los movimientos sociales, en este caso, el feminista, tienen una visión y misión política. Más, no significa que dependa de algún partido político. Los movimientos sociales, transversalmente, deben hacer sentir al poder político, sus reivindicaciones de corto, mediano y largo plazo.

Aunque muchos de nosotros y nosotras, tuvimos un pasado gregario, y nuestra legitimidad estaba compartiendo con el otro u otra. Todavía nos falta, volver a vivir de manera diferente, inclusiva, tolerante, y solidaria cotidianamente y ser capaces de aportar a un nuevo proyecto de país.

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