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La asociación del Partido Socialista con el narcotráfico, a propósito de las denuncias de lo ocurrido en la comuna de San Ramón, donde un cacique local ya fuera de la colectividad, habría tenido un rol decisivo en las elecciones locales, es una situación que está permitiendo dejar en evidencia las debilidades que se producen en forma general en el sistema de partidos políticos chilenos, aparentemente incapaz de reaccionar frente a los nuevos desafíos.

Lejos de enfrentar el problema, denunciado hace varios años, las autoridades del PS prefirieron seguir adelante con el proceso de renovación de la directiva y en el Comité Central realizado durante el fin de semana en el que debía elegirse la mesa nacional, se retiró la disidencia.

¿Cuánto hay de influencia del narcotráfico en la sociedad?    Sólo por el volumen de recursos que genera esta actividad ilícita y la dificultad para eliminarla, el sentido común indica que ha estado corrompiendo al menos a la administración de justicia. Hay razones entonces para suponer que han intentado infiltrar la vida política de la nación y no hay motivos para suponer que se han limitado a un solo partido político en una única comuna.

En ese contexto de sospecha, resulta grave la demora del PS en condenar la aparente vinculación de algunos de sus dirigentes con los narcos, pero también es un reflejo de la falta de comprensión respecto del estado de la opinión pública que sufre, día a día, las consecuencias devastadoras del narcotráfico, con su secuela de violencia, descomposición del futuro de los menores, la inseguridad en los barrios, y del anhelo por enfrentar el problema con mucha mayor decisión que allanamientos focalizados en algunos sectores mientras los narcos se apoderan de los colegios en todos lados.

La estrecha relación entre la política y la posibilidad de contar con protección para el desarrollo de los negocios ilícitos crea un vacío de poder que sólo puede ser resuelto con una actitud mucho más firme en el ejercicio del poder, pero lo que hemos visto desde hace un tiempo -y esto sí que es común a todos los partidos políticos- es una gran capacidad para hacer declaraciones atractivas y promesas deslumbrantes que nunca se cumplen.

Este vacío de poder crea las condiciones para que cualquiera -narcos, improvisadores, aventureros del populismo, por separado o reunidos- intenten copar el espacio de las decisiones que afectan a la sociedad.  Esto significa que es la sociedad la que debe implicarse con más claridad en los asuntos que le importan antes que no pueda hacerlo.

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Alguien comentó sobre “La Hora del Vacío

  1. Mmmm, interesante. Es difícil encontrar una actitud enérgica ante las drogas cuando actualmente, las sociedades más progresistas impulsan el alcoholismo y el juego de drogarse como algo muy chic y de vanguardia. Se teme que “ponerse más rígidos” implique quedar como conservador o pechoño.

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