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Los aullidos quedan en mi garganta
Ardo por dentro
Crepitan mis células
El dolor quema
El infierno
evaporó los ríos etéreos
que flotaban cerca de las estrellas
sobre las copas milenarias.
Las llamas encienden el silencio muerte
que remplaza el concierto de la Selva.
Mariposas y jaguares se funden con la Ceiba
en una sola brasa.
Incineración en vida.
El humo cubre el sol y las estrellas,
no hay día ni noche
solo horror.
La esperanza carbonizada
se atasca en mi garganta.
Quiero aullar.
Silencio.

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