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Chile se amanece

Y Santiago se viste

en una madrugada de durazno

 

Estrello la mirada

contra el cerco helado de la cordillera

 

Cuántos muertos más dejará el odio

regados por las amplias alamedas

de la ciudad que fue y ahora regresa

La misma que se desangra en calles y avenidas

la hermosa la humana Santiago combativa

 

Santiago la de los amigos

la que vivió en el corazón de los exilios

se agazapó habló quedo

intentó ser anónima no hacer ruido

acotada por muros encerrándola

tratando de acallar la huella de su historia

sustituirla por guetos de consumo

 

hasta que no puede más y se desboca

Y clama y grita

Para que nadie duerma

Para mutar injusticia por futuro

Mientras los tanques

horadan vuelos de cóndores

Sin alas las armas se elevan

levantan el horror

y visten de barbarie las aceras.

 

Cómo invocarte Santiago

con qué palabras amorosas hablarte

 

Escucho a ese otro Santiago el intenso

el combativo

regresa el eco para no olvidarlo

de lo que fue tu voz

recuperada en el estruendo del dolor

cólera santa

dibujado en el dibujo antiguo de tus Andes

 

Decirte Santiago que tu voz es la mía

y tu sangre y la rabia y la esperanza

Tan igual y tan misma a la de esta América

en su alarido teñido con la sangre.

 

*Arabella Salaverry, poeta de Costa Rica

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Alguien comentó sobre “Chile mío nuestro de nosotros

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