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Les dijeron que esperaran, que no había, que después. Y veían que los jefes lo obtenían con poder.

Que no hay agua, que hay sequía, que ya iba a llover. Y corruptos se llenaban sus bolsillos por doquier.

Les dijeron que sembraran, que ya iban a recoger. Pero el fruto no llegaba, no había nada que comer.

Que hicieran fila y madrugaran, que así los iban ayudar. Y esperando se morían en una cama de hospital.

Les dijeron que sus sueños estaban hechos de papel. Que eran necios, que eran flojos, que no había forma de crecer.

Que sus privilegios no cedían, que no habría igualdad. Que se conformen con un bono y trabajen aún más.

Les dijeron que eran pocos, que los iban a callar. Pero la rabia colectiva es más fuerte que huracán.

No más injusticia, ni desigualdad.

El pueblo unido y convencido dice basta, ya no más!

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