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La demanda por una vida digna se conecta con lo más profundo del ser humano, la pregunta por el sentido. Esa búsqueda explotó el 18 de octubre con rabia y dolor contenido desde hace muchos años. Sus fuegos nos dejan destrucción, pero también luz para ver algo que no queríamos ver.

Si no permitimos que el miedo y la resistencia nos paralicen, podremos tomar esta extraordinaria oportunidad para depurar lo que estaba acumulado y generar un diálogo colectivo que nutra los cambios para construir paz con bases sólidas.

Tenemos dos señales alentadoras: rechazo masivo a las violencias (de todos los tipos) y un llamado a volver a conversar. No es un avance menor, hasta hace muy poco, ciertos temas estaban vedados. Hoy todos los temas están sobre la mesa, en millones de carteles, fotos, memes y obligando al mundo político, empresarial y social a enfrentarlos. Pero conversar tiene dificultades y si no lo hacemos con profundidad, esta instancia se puede convertir en un lugar común despojada de significado.

Para conversar se requiere amor y coraje porque en una verdadera conversación cambiamos en el encuentro con el otro. Necesitamos apertura para volver a escuchar. Antes de encontrarnos con otro, es imprescindible meternos hacia adentro para escucharnos a nosotros mismos. Así las nuevas palabras nos saldrán del corazón y no de categorías añejas que no dan cuenta del tiempo que estamos inaugurando. Luego, podremos ir a escuchar otras voces que tienen sus propias verdades. Parafraseando la canción, en cada conversación debemos ofrecer el corazón.

No será fácil sacar las conversaciones de la polarización, pero divididos solo perdemos oportunidades. Sabemos que una palabra puede detonar una avalancha si la recibo desde la desconfianza, el miedo y la inseguridad. Palabras como “cabildo”, “olla común”, “resistencia” y “derechos” pueden volverse muros infranqueables sin que ni siquiera terminemos la frase. Es que llevamos mucho tiempo con el corazón apretado, defendiendo falsos límites pese a ser parte de un mismo todo: nosotros somos ellos y ellos son nosotros.

Pero solo con el pecho abierto podremos aprender y desaprender de esas nuevas conversaciones. Al contrario de lo que hemos dicho por años, hoy más que nunca necesitamos conversar de todos los temas. Sí, necesitamos hablar de política y especialmente de la política que hacemos todos en nuestro cotidiano, de la política de la convivencia que nos permite volver a soñar y crear el planeta, la sociedad, la economía, la cultura y las relaciones que queremos.

Algo nuevo está emergiendo y nuestra espiritualidad quiere desplegarse en este cotidiano convulso. Apoyemos los cambios con serenidad, conexión con la naturaleza y presencia plena porque somos parte de las soluciones ¿Con qué aportaremos a esta crisis? Reconozcamos que no hay una única respuesta y que solo juntos la podremos construir, tengamos humildad para rescatar el aporte de los intentos de los otros, atrevámonos a ser auténticos (con voz propia) y permitamos que nuestro entorno también lo sea.

Somos creadores de realidades y cada uno a su velocidad debe contribuir con lo mejor que pueda. Así la calle, el barrio, la comunidad, el colectivo, puede volver a latir en sincronía para que sigamos evolucionando como humanidad.

Solo unidos podemos dejar atrás el materialismo, individualismo, consumismo y una relación de explotación con la naturaleza que nos tenía en un estado de permanente irritabilidad, cansancio y poca conciencia. Hoy podemos empezar a desplegarnos por un camino integral como lo hacen los árboles y crecer hacia todas las direcciones (social, espiritual, emocional y física) teniendo la certeza de que somos parte de un gran bosque interconectado.

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17 Comentarios sobre “Chile despertó y quiere volar

  1. Excelente, la conversación entre todos, incluso los extremos, es siempre necesaria para re-construir y construir. Ojalá no primen las polaridades, ya que “culpar al otro” y la venganza son fuerzas a veces más duras que la construcción y el diálogo.

  2. Gracias querida Victoria por encender una luz en el camino y aquietar el alma.Es importante mirar hacia atrás para reflexionar lo que no queremos más,A eso tenemos que agregarle ….como yo aportare a ese cambio….por SENCILLO que sea.
    Ojalá seamos muchos
    GRACIAS

  3. En nuestra sociedad, cada vez más individualista, aparece un estallido social buscando dar a conocer sus legítimas demandas tanto tiempo invisibilizadas..
    Quiero agradecerte Victoria porque en forma positiva visualizas una oportunidad de construir diálogo con la mirada desde nuestro ser interior hacia el otro para así buscar verdaderas soluciones consensuadas en ambientes de respeto y amor.

  4. Gracias por la reflexión y el llamado a conciencia a la integración de todos los aspectos que necesitamos sanar y desarrollar de otra manera, me sumo con el corazón a ese diálogo interno, porque esto lo hemos construido todos, somos responsables, y debemos cambiar para construir algo mejor… seguir culpando, ahora son todos generales después de la guerra… todos sabían…empecemos por casa, eso construye, la necesidad de destruir, bueno será parte de lo que hay que aprender a respetar aunque salga de todo sentido común y nos dañe a todos..

    1. Gracias Clau. Comparto que todos somos responsables, pero no todos tenemos la misma responsabilidad. Sí, a seguir construyendo y desde dentro hacia afuera, porque ¿podría haber otra forma? muchos cariños

  5. Muy cierto lo que escribes y ojalá todo el mundo en Chile tome conciencia de lo escrito. Solo con la paz en el propio corazón podemos hacer que el mundo cambie.

    1. Gracias Halima. Cada uno debe dar todo lo mejor que puede (suena simple pero no lo es) a este proceso de cambios, esa gran confluencia nos permitirá seguir cambiando para bien. Un abrazo

  6. Victoria creo en lo q expusiste ,pienso q es un soplo espiritual lleno de energía algo q realmente contrasta con lo q vivimos un gran número personas ,lo q sucede en Chile y seguirá pasando este “despertar” como lo llaman algunos no es así lamentable si algunos lo llaman “Guerra otros lo llaman Lucha”ambas palabras son bélicas a mi entender ,yo digo basta de mentiras teníamos hace 12 días un país tranquilo podíamos salir a donde quisiéramos yo ayudo a muchas personas y muchos animalitos de manera incógnita y vi risas y vi paz ,hoy veo caos popularismo y mucha mentira, no veo cosas buenas y tengo mucha pena por nosotros q no hemos podido trabajar ni transportarnos todos los días se pregunta hasta q hora pasarán las micros hay alguna estación de metro q esté abierta? Teníamos un país lindo con desigualdades pero eso debería haber sido dicho de otra forma tal vez como la marcha q hubo aquí en Santiago y nada más pero cada día veo tanto odio y resentimiento de una izquierda antigua q no crece y repite todo el tiempo lo mismo y no ve el bn de todos los Chilenos ,lo siento Victoria pero tengo esto en mi corazón y no estoy feliz mientras veo tanto sufrimiento de los chilenos 😔

    1. Gracias querida Rossana. Comparto lo que dices, yo también siento el dolor solo que quiero darle un sentido y sobre todo quiero apostar a la construcción de lo nuevo que viene para que sea mejor de verdad para todos. Un gran abrazo

  7. Muy buen escrito, ojalá fuera como dices, pero ya ves que el Presidente escuchó y esta empezando a hacer algo en esa línea, hay políticos serios oposición que también quieren el bien del país y se han sentado a conversar, pero hay gente nefasta, y llena de odio,
    Que no participa, que quiere destruir y imponerse Sánchez Boric, son ejemplos del odio

  8. Que simple y hasta romántico suena ” somos todos parte de la solución” pero que difícil de entenderlo y mas aun llevarlo a la práctica… al menos hasta ahora ese ha sido la mas grande barrera que derribar para solucionar el problema chileno. La polarización no nos deja razonar que ninguno de los lados tiene la verdad absoluta, la cual no existe… y que debemos acercarnos y transar porque “ somos todos parte de la solución” .

    1. Gracias Marce. Puede sonar cursi, pero el amor es muy revolucionario y hay que tener mucha valentía para dejar que se presente y se instale en nuestras vidas. No tengo las respuestas, pero quiero que este sea el camino. Un gran abrazo

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