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Mientras el soplido del metal se ahoga

en la pira de la noche

el jilguero inagotable de los jóvenes

en las calles y las plazas

y la sonaja de las cacerolas en los balcones

abren espacio a los jardines colgantes

de la dignidad de Chile

una extensa cinta de litoral

paralela a un mural de grandes piedras

con un sombrero de cielo azul

y el inmenso abrazo de los que marchan

en las grandes alamedas

con una estrella por mañana.

 

 

Hoy  

 

Hoy es un día sin asunto

puertas adentro

demasiado extraño

sin brisa ni remitente

 

No hay a quién preguntar

a qué ha venido

de qué se trata

qué esperar

 

Tere dice estar perdida

yo respondo igual

y abro una ventana

por instinto

 

Hierven voces llueve fuego

el río arrastra escombros

puedo contar las piezas

de mi esqueleto

sin extrañeza alguna

 

Ella prefiere buscar sus lentes

para mirar de cerca

 

El sonido permanece encerrado

en las habitaciones

de mi cabeza

 

Hay un país ardiendo

de punta a punta

de gente en gente

sin agua sin trenes

sin hospitales

sin horizontes

 

Aspiro el máximo de ozono

que admiten mis pulmones

y falta en el oxígeno

para bucear las voces

que llegan en oleadas

 

En este lejano asentamiento

se escucha multitud de pasos

miríadas de cantos

columnas de los cuatro puntos

de una Polis

rumbo a la convocatoria

del Cabildo

 

Hoy es un día del calendario

que canta el mirlo

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