Sigues aquí, voluble e intacta,
Deletreada y perseguida, casi muda,
palabra de paredón, o de vacío,
Tierra y cal sobre los cuerpos,
Detenida, congelada, dada por muerta,
Sigues aquí
Con iluminada persistencia
Pariendo el rito de gratitud
Por cuanto no es dado.
Sigues aquí, en mis viejas manos,
En la promesa de los árboles preñados,
En el pan diario, sigues viniendo
En esos trenes de utopía,
en esos vagones de copa y verso
en esos carros de memoria-esquirla
en esos rieles de fragmentos,
en esos días de cañón.
Feroz bandada de signos, sigues aquí,
Liberando la llana tibieza, llamándonos
al oficio, al turno de la magia,
Al silbo de los cedros, a la ceremonia del amor,
al todos somos todo; solos, nada.
Sigues aquí, cruzando guerras y baldíos,
páramos y cumbres
Ascendida,
Sigues aquí, manifestada.
Alguien comentó sobre “Persistencia de la poesía”