Compartir

1. Transforma en profilaxis la memoria entendida
como acumulación de códigos digitales
para que se alarguen tus días en la Tierra.
Atrévete a desmenuzar la instancia de la sedación
cuando la poesía sea un monumento de palabras inservibles.
Basta con juntar las manos para hacer desaparecer
la desconfianza, incluso de los libros.

Nuestra identidad es una mariposa que agita
las alas y colorea su entorno con restos
de existencia, tachando el número de pasaporte
en el hilo-cero. Otra mariposa no es posible
que emerja en alteradas condiciones de normalidad.
Imagino otras células en el mismo jardín
y otros niños, pequeños de claveles y frutas
silvestres. Altera el orden la angustia del saber
y como consecuencia directa los depósitos
bajan su abastecimiento a niveles dramáticos
.

2. Instalan sobre el cuerpo social otros ships de control,
afines a la sociedad post-biológica. Para mantenernos
en esa misma actitud ninguna garantía social es alfabetizada.

Estos hechos anteceden la quebrazón de vidrios
de la institucionalidad y operatividad dominante,
razón por la cual fuimos obligados a abandonar los parques
humanos que habitábamos
. En ese acto de despojo, perdimos
la reflexión pausada que nos inflamaba el pecho,
la espuma y meditación que nos ayudaba a respirar. Nuestra
dentición frágil ofrecía sólo recursos de amparo, como flojos
mecanismos de resistencia jurídica.
Analizado el espacio
del cual fuimos expulsados advertimos que contenía
los olores de la madre y su delantal, movido por el viento,
que aún cuelga intacto del clavo oxidado en la cocina.
Para no sufrir nostalgias que nos hagan retroceder,
quemamos los retratos de los abuelos. La apariencia
se mimetiza de realidad total. El análisis
domesticado y la información amordazada entonces,
no son más que una mesa redonda y cuatro sillas
plásticas. Nunca dejamos de ser– me dice-
por eso, no adherimos a las baratijas del entretenimiento
ni a la industria de resortes de la farándula.

Desplegamos disturbios y expandimos tentáculos
en medio de tantos arremangos, violencia policial,
hasta manchar la camisa. Si no juntamos materia
orgánica cuando era posible, ¿por qué ahora venden
fin del Mundo a precio de oferta?

3. No hay disponibilidad de albergues metafísicos para tantos
excluidos, ni para los ejércitos de desocupados que buscan
un pedazo de sol
/ a 100km a la redonda. Resulta
aplicable en cierto sentido la metáfora de la luciérnaga,
pero no es bueno llorar leche menos aún bajo los estados
de sitios que genera la brutalidad y la incertidumbre.
Obligado a usar guantes quirúrgicos incluso
para comer una manzana, declaro
-para mí mismo-
que no hay tiempo para otro tipo de poemas. Las sirenas
que se escuchan sobre la superficie marina, indican que los botes
salvavidas, fracasaron. Y que en esa multitud de náufragos
que bracean a diestra y siniestra corriendo de un lugar a otro
el horizonte, también estamos nosotros.

Compartir

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *