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El diccionario define la palabra “oportunidad” como “el momento o circunstancia oportunos o convenientes para algo”, y ya sabemos que cuando pasa la oportunidad ya no es lo mismo.   Los resultados son diferentes, así como lo son las reacciones.

El actual Gobierno es un ejemplo perfecto de este concepto.  Cuando Sebastián Piñera fue electo por segunda vez como Presidente a fines del 2017, la situación del país no era mala: La economía se encontraba en buen pie y la población estaba relativamente tranquila.  Había preocupación por la delincuencia, sí, pero la competencia para el candidato de Derecha era débil.  La otrora Concertación de Partidos por la Democracia reconstituida como Nueva Mayoría había perdido su encanto y los nuevos movimientos de Izquierda, no tenían peso.

Piñera tuvo un año y medio de tranquilidad, período en el que, a pesar de no tener mayoría parlamentaria, pudo desarrollar su Programa de Gobierno sin mayores dificultades ante una oposición dividida y desorientada.

Todo cambió, sin embargo, cuando un panel de expertos, apegado a la legalidad, decidió un aumento de 30 pesos en el pasaje del Metro a comienzos de octubre de 2019.   Era un aumento acotado que no debería haber provocado mayores reacciones, pero fue la chispa que encendió un descontento social que nadie podía anticipar.   Los estudiantes sobrepasaron los torniquetes para no pagar y el Gobierno respondió con anuncios de querellas contra los responsables de los desordenes.   Esa fue la primera gran oportunidad desaprovechada por una respuesta mal pensada porque, como se descubrió después, había recursos para un subsidio que anulara el alza en cinco minutos.

Pero antes de eso fue el movimiento No+AFP, el 2016, durante Michelle Bachelet que eludió el desafío y se lo legó a su sucesor, el que desaprovechó la oportunidad de hacer una reforma histórico porque pensó que sería una moda pasajera, y ahora se encuentra con un proyecto de ley que amenaza con afectar la esencia de la economía nacional y cuenta con el respaldo de más del 80% de la población.

Todos sabemos lo que pasó después del alza de los 30 pesos: El aumento de las protestas, con la que puede ser la manifestación más grande en la historia del país, estado de sitio, toque de queda, juicios e investigaciones que nunca contribuyeron a calmar la situación.

Otra oportunidad fue la propuesta de hacer un plebiscito para una nueva Constitución.  La demora significó que todo quedara aplazado por el Covid y esa ocasión también quedó en el listado de las buenas intenciones que no se concretaron.

En resumen, este es el Gobierno de las oportunidades perdidas, que llega con soluciones tardías e insatisfactorias y va aumentando el descontento ciudadano.

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Alguien comentó sobre “Oportunidad

  1. Ni solo perdieron las oportunidades, sino la sensibilidad. Y el olfato. Afectados todos por este síntoma asociado a la peor de las pandemias . Más que el Covid 19 la epidemia de la soberbia es la que nos está matando….

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