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“La respuesta está en que la vida está escondida en el cuerpo. Volver al cuerpo, al cuerpo vivido”
José Ángel Cuevas, poeta chileno

En medio de una sociedad como la nuestra, la inmensa mayoría de las personas experimenta la vida como un proceso donde las dimensiones lingüístico-cognitiva, emocional y corporal están escindidas. O, para ser menos tajantes, donde estas áreas que configuran lo humano coexisten más bien con fronteras que con un fluir natural entre ellas.

Las razones son diversas y tienen explicaciones históricas, filosóficas y religiosas: expansión del racionalismo cartesiano como rasgo “distintivo” de lo humano, desvalorización del cuerpo por parte del cristianismo, valorización exacerbada de la racionalidad instrumental bajo el capitalismo clásico y expulsión de lo emocional al ámbito de lo privado, etc.

Ahora bien, en las últimas décadas ha ido creciendo la conciencia de que esta escisión o compartimentación es problemática, al menos en dos sentidos. En primer lugar, genera en las personas un malestar no localizado pero muy concreto (de allí el auge de las psicoterapias, el yoga y prácticas afines, y lo que yo denomino espiritualidad boutique); además, produce desequilibrios en la forma de vivir y, como corolario, afecta el bienestar. En segundo lugar, limita nuestro potencial de relación y de acción coordinada con otros, de desempeño en ámbitos específicos como el trabajo y, en términos más generales, de llevar una vida más plena.

En este contexto, Carmen Parraguez Grass, a partir de una larga experiencia profesional con personas y empresas, y una vasta especialización como psicóloga, magíster en teoría y práctica gestáltica, coaching ontológico, profesora de yoga, y formada en el Método Alba Emoting y en el Método del Centro de Integración Cognitivo Corporal (ICC), elaboró una concepción y un modelo integrador con un enfoque aplicado y muy concreto.

Éste se expone en el libro “Coaching corporal MARES. Aprendizaje y cambio a través del cuerpo”, publicado por RIL Editores, con un prólogo del destacado Psicoterapeuta y Master Coach argentino Leonardo Wolk.

En lo sustantivo, este coaching consiste en un proceso de aprendizaje que promueve la ampliación de recursos de las personas o equipos, con el propósito de incrementar su capacidad de acción en el mundo. Esto implica aprender pautas de interacción diferentes a las experimentadas habitualmente, sin desechar las que son parte de la historia vivida o aprendidas por el o los coachees (lo cual sería un esfuerzo ilusorio), sino poniendo a disposición otras que están disponibles, pero de manera no consciente para ellos, o bien permanecen bloqueadas porque están instalados en una zona de confort.

La palabra clave del modelo es integrar el dominio físico/corporal, el lingüístico/cognitivo y el emocional; poner a trabajar conjuntamente lo que está escindido o bloqueado, de manera que las personas amplíen sus capacidades para ser en el mundo (nivel identitario) o actuar en un ámbito específico como el laboral (nivel conductual). Es importante hacer la prevención que no se trata de pasar del polo o el dominio hegemónico del logos o la razón a un fundamentalismo del cuerpo; lejos de ello. Se trata de partir de lo que en nuestra cultura está más debilitado o dejado de lado para, desde ahí, estructurar de forma más armónica la triada que metafóricamente solemos denominar: cuerpo – mente – corazón.

Desde el punto de vista metodológico, el modelo se basa en un conjunto de prácticas articuladas que la autora sintetiza y define como “psicofísicas”, las cuales comprenden el trabajo Muscular, Atencional, Respiratorio y de Atención Simbólica (de allí el acrónimo MARES).

Desde el punto de vista teórico, los fundamentos de estos cuatro ejes de trabajo son diversos e incluyen referentes tanto disciplinarios como filosóficos. Entre ellos, podemos mencionar la Bioenergética de Alexander Lowen, quien incorporó al sistema muscular como un protagonista clave para discernir el funcionamiento de la dinámica emocional de los seres humanos. La fenomenología de Husserl, para quien la intencionalidad de la conciencia no ocurre a pesar del cuerpo sino gracias al cuerpo, y los notables avances posteriores de su discípulo Merleau-Ponty.

Por cierto, otros referentes ineludibles son el Taichí y el Yoga, frutos de una experiencia milenaria, los que ponen al centro la respiración como sostén vivencial capaz de influir sobre el sistema nervioso y el sistema circulatorio. Finalmente, cabe mencionar la influencia de la neurociencia (Maturana, Varela et al), en particular la tesis de que hacer foco en el cuerpo permite revitalizar las redes de enlace neuronal, dando lugar a caminos interneuronales diferentes a los recorridos habitualmente.

En definitiva, el Coaching Corporal MARES ofrece la posibilidad, a través de un trabajo holístico y sistemático, de transformar a las personas en seres, equipos de trabajo u organizaciones más flexibles, equilibrados y con mayores recursos para desarrollarse y aumentar su bienestar. Y con mayores herramientas para expandir su potencial creativo, productivo y relacional.

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