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                           Del mundo secreto de las cosas

 

                                         Mónica Gómez

 

La antigua sabiduría cuenta que existe un mundo secreto de las cosas y que son ellas las que ejercen su magnífico poder sobre la realidad, alterando los designios de los humanos e incluso sus destinos.
En el pasado a este mundo ignorado se le llamaba justicia divina o milagros y se fundamentaba en la auténtica verdad de una justicia existencial.
Quizás era una superstición, quizás era una revelación de los sueños o quizás eran delirios de las fiebres de la infancia.
O quizás era una verdad de fe.
Y sucedió que la cruz de diamantes pertenecía a ese mundo y mostraba su poder en forma sabia e inexplicable.
En tiempos pasados, cuando ella aún vivía -la abuela- quien había heredado la cruz de diamantes de sus antepasados, el menosprecio de mi abuelo -el marido  infiel- hacia ella y a su vez a todo lo que de ella emanara, contaminó aquella joya que siempre colgaba del cuello de la abuela con una cinta de terciopelo negro, por lo que con el propósito de devaluarla y demostrar la falsedad de los diamantes , intentó  empañar la joya con el vaho de su aliento; para su asombro la cruz permaneció incólume en su transparencia  probando la legitimidad diamantina de su esencia.
Concluyéndose que la cruz de diamante era tan auténtica y pura como el alma de su dueña.
Cuando la abuela falleció – extrañamente- la pieza sagrada y poseedora quizás de un secreto fue guardada bajo llave en el baúl de la muerta.
Rompiendo la promesa familiar de ser la cruz únicamente heredada por una descendiente familiar como siempre había sido, en los meses posteriores a la muerte de la abuela, él -el marido infiel- retiró la pieza del baúl y la obsequió a su amante, una muchacha veinteañera, hermosa y ardiente.
Poco duró la cruz de diamantes sobre el pecho de la muchacha, por la noche del mismo día de recibida como obsequio, la joya desapareció de todo lugar visible.
A partir de ese momento se creó una confusión, concluyendo el abuelo que su amante era infiel y se la había dado a otro hombre, humillado terminando su amorío con ella en forma definitiva.
Muchos años más tarde, la más pequeña de las descendiente de la familia, una niña de sólo diez años, hurgando entre los cajones del antiguo ropero de la abuela que aún se conservaba en un rincón, encontró una antigua llave dorada.
La que probó en varias puertas y cajones sin resultado alguno.
Y la epifanía – lenguaje del mundo secreto – se le reveló, era la llave que abría el olvidado baúl de la abuela.
Lo hizo y allí en el fondo del mueble, brillando con iridiscencias y reflejos transparentes, resplandecía la espléndida cruz de diamantes desaparecida del mundo real y ahora presente ante los maravillados ojos de su auténtica heredera.

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14 Comentarios sobre “DEL MUNDO SECRETO DE LAS COSAS

  1. Me trae esas historias de Mil y una noche donde la magia tiene estatus de cumplir designios atemporales, que se posiciona en los tres tiempos que nos rigen que como sentencia hebrea nada queda impune, la bendicion y castigo aplica hasta la cuarta generación con potestad de Wicca en lo animado e inanimado, convirtiendo la Cruz de diamantes en un objeto de poder.

  2. Es un gran cuento, Mónica, muy entretenido como dice Hernán Valdovinos, tan así que llegué a preguntarme si tu eras esa niña, la verdadera heredera… Lo que sí, sería muy posible en el mundo secreto de las cosas ☺️. ¡Felicitaciones!

    1. Mi hermosa amiga, gracias.
      No soy yo la niña que encontró la cruz de diamantes.
      Todas las joyas del baúl de mi mamita-abuela quedaron en manos de las novias de mis tíos.
      Pero como creo en la justicia más allá de los humanos, en ese otro lugar mis manos la recrearon en un cuento fantástico, dónde todo puede suceder.

  3. Este relato mantiene el interés de principio a fin. El carácter mágico de esa cruz y las consecuencias que obra en las personas renuevan una perspectiva más honda a propósito de las dimensiones que conforman la realidad humana.
    Agradecimientos de tu lector.

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