Compartir

El sábado 09 de noviembre en FILSA se llevó a cabo la “Trinchera de la imagen”, una mesa de humor gráfico donde estuvieron presentes Julieta Arroquy, Power Paola, Francisco OleaGustavo Sala, Malaimagen y Alberto Montt conversando sobre el actual panorama del dibujo y la ilustración.

Uno de los puntos que más me llamó la atención fue el diálogo que se generó sobre cómo influyen en el trabajo de los dibujantes las opiniones o comentarios de la gente. Con el auge de las redes sociales, e internet, hoy cualquiera puede difundir su trabajo sin necesidad de tener medios tras de sí que le brinden espacio comunicacional, sin embargo, eso trae como consecuencia que estén mucho más expuestos que hace unos años atrás, cuando los grandes medios de difusión para un ilustrador o dibujante eran los periódicos, o editoriales que apostaban por invertir en un autor.

Como comentaban los invitados al panel, el humor gráfico se alimenta en gran parte, de lo que más afecta a la sociedad, de los puntos débiles que de una u otra manera pueden ser reflejados desde el humor gráfico para denotar inquietudes o experiencias personales. Es por eso que es importante la reflexión que puede haber detrás de lo que se dice, y de la responsabilidad que se adquiere al hacer público el trabajo, que busca hacer visible nuestras debilidades y carencias.

La reacción de las personas frente al humor gráfico que toca temas sociales, es un síntoma importante de lo que pasa en las comunidades que integramos, como dijo Guillo en la presentación del libro de Malaimagen “Sin Tolerancia”, es una forma de sentirnos identificados con lo que no nos atrevemos a decir, o lo que no muestran los medios tradicionales, una catarsis frente a la impotencia que sentimos en las imposiciones que vivimos a diario.

Si bien, no todo humor gráfico toca temas sociales, creo que en cada ilustración o dibujo, hay una forma de ver el mundo, un autor que quiere mostrar su perspectiva de la vida, y de lo que le rodea. Es un elemento comunicacional que genera identidad o simplemente una carcajada. Gustavo Sala mencionaba que creía que había dos tipos de humor gráfico, el que sólo buscaba hacer reír, y aquél que quería dejar un mensaje más allá de la carcajada, cosa que personalmente, me parece muy acertada.

Julieta Arroquy decía que cuando uno publica en un blog y muestra su trabajo, va generando vínculos invisibles con las personas, eso me hace pensar sobre las relaciones que se ejercen socialmente al tocar temas contingentes, donde las personas exigen cumplir con sus expectativas, y donde el autor tiene una responsabilidad sobre lo que está comunicando. Quizás debe haber un equilibrio entre lo que queremos transmitir, y en hacernos cargo de la influencia que tenemos sobre los demás, como dijo Malaimagen, el cómo el autor se toma los comentarios, va mucho en la madurez, y en la visión que tiene de la vida.

Interesante como poco a poco, la comunicación va brotando por todos los medios de expresión, llevando consigo mensajes y experiencias comunes, llenando vacíos, generando diálogos para construir imaginarios e ideales comunes.

En twitter @caropaz_

Compartir

Alguien comentó sobre “Humor gráfico y creación de imaginarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *