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La semántica es una estructura de significantes y significados que tiene que ver con lo que queremos decir, no sólo con lo que cabe técnicamente en la página o supone el programador que queremos expresar. Va más allá de la convención visual.

En internet, las máquinas utilizarán nuestra información prescindiendo de nuestro contenido. Habremos narrado en exclusiva un pavoroso incendio, narrado el lugar de los sucesos, lo que sucedió con las personas que habitaban o no el lugar, todos los hechos. En cosa de segundos la potencia informática utilizará nuestra cobertura como fuente, reduciéndola a datos concretos y codificados para el entendimiento de las máquinas para su reproducción y difusión. ¿Qué tipo de incendio?, ¿cuántos daños?, ¿cuándo y en qué lugar?, ¿cuántos bomberos acudieron y en qué momento quedó controlado?. Lo mínimo y suficiente. Nuestro trabajo periodístico será un enlace añadido, por si el que consulta quiere saber más.

El ejemplo podría ser un incendio o la entrevista con el presidente de los Estados Unidos o la página del catálogo de algún producto, de un manual de instrucciones o la opinión de un bloguero. Da lo mismo.Las máquinas se aproximarán a nuestro contenido y realizarán una interpretación semántica de lo que contamos, extrayendo lo que puedan entender. Éste es el fin último de la web semántica.

Pero no existe una web semántica sin que los creadores de contenido elaboremos con una nueva perspectiva los mensajes para Internet. No es sólo algo para programadores. Es también una obligación de redactores, que tenemos que huir de la convención visual para dotar de significado a aquello que creamos.

Una palabra en negrita se puede construir con media docena de elementos que dirán cosas distintas (lo más importante, lo más relevante, lo más destacado, nada…) y cuya posición hará que otros elementos adquieran o pierdan valor.

Se trata de un cambio fundamental en la labor del creador de contenido para Internet que debe adquirir nuevas habilidades para escribir en distintos planos: el humano, con sus convenciones visuales, y el semántico, en el que el criterio profesional determina qué se usa y cómo y dónde los elementos pueden cambiar de valor —o perderlo— en función de su relación con los más próximos.

Si queremos que nuestro contenido tenga futuro, habrá que crearlo teniendo en consideración las posibilidades semánticas que nos ofrece el lenguaje que usamos cada día y los requisitos de programación que permite la codificación y decodificación del correcto significado. No existirá web semántica si el contenido que creamos no lo es. Y si no lo es, lo que narremos en Internet será ignorado por las máquinas. Simplemente no existirá.

 

He publicado el libro «HTML5 para periodistas. Manual de uso práctico», como una forma de colaborar con la elaboración de contenido de acuerdo a los requerimientos de la web semántica, que no es más que la Internet que utilizamos diariamente.
Enlace para obtener más información sobre la publicación 

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Alguien comentó sobre “Periodismo semántico: nuestra información sin nuestro contenido

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